El sector de la construcción es el que más se está viendo afectado por el paro en la provincia tinerfeña, ya que el número de trabajadores dedicados a esta actividad ha pasado de 78.000 en el primer trimestre de 2007 a unos 37.000 entre abril y junio de este año, según recalcó ayer en rueda de prensa el secretario general de la Confederación Nacional de Construcción (CNC), Pedro Fernández.

Del mismo modo, Fernández preciso que "en el ámbito nacional se ha destruido un millón de puestos de trabajo desde el comienzo de la crisis hasta la fecha, siendo especialmente drásticas las cifras del último año, en el que 627.000 trabajadores del sector se quedaron en situación de desempleo".

En esta línea, subrayó que "en pocos meses se ha perdido prácticamente todo el empleo que se había creado en los últimos diez años".

Por su parte, el presidente de la Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife (Fepeco), Antonio Plasencia, afirmó que "la única manera de que este país salga adelante es desarrollando el sector de la construcción", aunque precisó que "no se trata de desmantelar la Isla, o hacer barbaridades, sino actuar con sentido común".

Nuevo Plan E

Plasencia coincidió con Fernández en calificar de "exitoso" el plan E impulsado por el Gobierno central, pero se lamentó de que "sólo dure seis meses". De hecho, el presidente de Fepeco "precisó que el 40% del personal que se contrató gracias a esta iniciativa en la provincia tinerfeña ha vuelto ya al paro y, desgraciadamente, en febrero o marzo estaremos hablando del 90%".

Además, expresó su preocupación por que "el próximo Plan E anunciado por el Gobierno para 2010 no va a incidir tanto en el sector de la construcción".

Todo esto está contribuyendo a "un frenazo considerable en la construcción de viviendas a lo que se le suma un bajón del 50% en la adjudicaciones de obras públicas a nivel nacional", arguyó.

Por ello, instó al Ejecutivo autonómico a acometer "un plan de inversiones para la construcción, a través del cual se desarrollen todas aquellas infraestructuras que sean competencia de la Administración canaria".

Asimismo, abogó por la puesta en marcha de una serie de medidas para reactivar el sector entre las que enumeró cuestiones como "la mejora de carreteras tinerfeñas y la reforma de zonas naturales degradadas como los barrancos", al tiempo que defendió la necesidad de que se pueda usar la Reserva de Inversiones para Canarias (RIC) para rehabilitar la planta alojativa de Tenerife y los proyectos del tren del sur y el puerto de Granadilla.

Empresarios demonizados

Fernández se quejó de que "siempre se ha demonizado a los empresarios de la construcción, pero se olvidan que se trata de un actividad que tiene un gran efecto de arrastre hacia otros sectores, y, por tanto, es capaz de dinamizar la economía en general".

El máximo representante de los constructores tinerfeños argumentó que "uno de los problemas más graves que hay en Canarias para los constructores es la burocracia, porque en ocasiones se tardan años para obtener una licencia".

A su vez, subrayó que, "en estos momentos, las Administraciones públicas en lugar de ayudarnos a resolver el problema lo que están haciendo es poniéndonos piedras en el camino".

Por último, aseveró que "el retraso en el pago de las deudas de las distintas instituciones tiene totalmente estrangulado al 30% del sector, ya que mientras que su deber es abonar las certificaciones en un plazo de 90 días hay algunas que están pendientes desde hace varios años".