La puesta de largo de Pedro Rodríguez Zaragoza resultó curiosa, no tanto por la fórmula elegida, como por la campechanía del nuevo director general del CD Tenerife, que no eludió pregunta alguna. El primero en tomar la palabra fue Miguel Concepción, que destacó "la dilatada experiencia en el campo de la gestión política" del hasta el pasado viernes viceconsejero de acción exterior del Gobierno de Canarias. "No es un fichaje para la plantilla, pero sí una pieza clave en nuestro organigrama y viene a sumar y trabajar para lograr los objetivos del club", añadió el presidente antes de dar la palabra al protagonista.

En su primera intervención, Rodríguez Zaragoza ya desveló que fue el pasado 21 de julio cuando recibió la llamada de su nuevo jefe para ofrecerle el cargo. "Fue una petición inesperada. Me llamó y me preguntó si me gustaba la idea de incorporarme al proyecto. Y evidentemente acepté. Lo hice el mismo día de nuestra primera conversación además", contó antes de calificar esta oportunidad como "un trabajo importante en una nueva actividad". Su intención es la de "trabajar en un proyecto colectivo, ilusionante, que está formado por la plantilla deportiva, y también por nuestros aficionados y por toda la sociedad blanquiazul. Un proyecto colectivo donde todas las cosas tienen que funcionar bien".

El nuevo director general del Tenerife admitió que, desde el día que aceptó hasta la reunión que mantuvo en el día de ayer con el presidente, se había planteado "algunas cosas" que no coincidían con el encargo que ha recibido finalmente de Concepción. "Los objetivos pasan por poner en marcha la Fundación. Todo ese entramado está realizado y tenemos que proceder a una actualización de todo ello para ver si somos capaces de tenerla funcionando antes de final de año. Eso supondrá un espaldarazo a la Ciudad Deportiva y al fútbol base", señaló como las prioridades fijadas por el consejo de administración. "Estamos en la línea de conseguir algo importante y alcanzar las cotas que nos hemos marcado. Estoy muy feliz y encantado", insistió antes de asegurar que "como mínimo" igualará el nivel alcanzado por su antecesor en el cargo. "No puedo aflojar lo conseguido. Espero estar a la altura. Víctor Pérez Borrego trabajó bien y es una buena persona", aseguró comprometiéndose a añadir su impronta a base de trabajo. "Tengo que conocer en profundidad este colectivo y trabajar con todos los datos en la mano. Creo en el trabajo y no en la suerte. A ver si con los mimbres que tenemos podemos hacer el cesto esperado. Sé que tengo que ayudar", indicó pidiendo tiempo para ponerse al día.

A su juicio, la adaptación a este nuevo mundo al que se abre (el fútbol) no debería de convertirse en un problema porque ha trabajado "siempre junto a colectivos, es cierto que no deportivos", citando en este punto a "plataneros, estibadores o pescadores". Cambiará, por tanto, "el enfoque administrativo".

Rodríguez Zaragoza se declaró ferviente aficionado del Tenerife y "solo del Tenerife, de ningún otro equipo". Reconoció que no es accionista ni abonado de la entidad insular, pero que acude "siempre que puede" al Heliodoro Rodríguez López ya sea "comprando la entrada o si me invitan". En este punto, contó dos anécdotas. En la primera, reveló que su primer partido en el recinto capitalino fue un Tenerife-Olivenza. "Creo que quedó 7-0", añadió. Tenía razón. Fue en Tercera División en noviembre de 1969.

Además, se refirió a un viaje que realizó a Panamá en el que un operario de contenedores le sorprendió al contarle que conocía "toda la historia" del club. "Sé que habrá un tratamiento de respeto con los medios de comunicación. Se trata de colaborar con la toda la familia del Tenerife para hacerlo más grande. Tenemos que cuidar mucho a nuestros peñistas y aficionados, porque la ilusión colectiva no se puede dejar", pidió al finalizar.