La vida del fútbol tinerfeño en las últimas décadas ha estado ligada a Juan Padrón Morales y Ramón Hernández Baussou, presidente y secretario general de la Federación provincial y dos de los detenidos ayer en la "Operación Soule".

El primero inició su trayectoria como directivo después de poner fin a su etapa como jugador del Tenerife, con solo 28 años de edad y tras haber formado parte de la plantilla que logró el primer ascenso del representativo a la máxima categoría en 1961. Con más de 220 partidos oficiales disputados con el equipo blanquiazul, al que llegó procedente del Hespérides, Padrón no quiso apartarse del fútbol después de su prematura despedida de los campos. En 1972 comenzó a relacionarse con los despachos dentro del ámbito de este deporte y, finalmente, en 1978 pasó a ser el presidente de la Federación Tinerfeña de Fútbol, cargo en el que se ha mantenido hasta ahora. Seis años más tarde de su llegada a la territorial accedió a la Real Federación Española como integrante de la plancha dirigida por José Luis Roca. Luego, en 1988 reforzó su presencia en la principal institución nacional coincidiendo con el estreno en la presidencia de Ángel María Villar (1988). Con el paso de los años se convirtió en el vicepresidente económico y ocupó cargos en la UEFA, como miembro de la Comisión de Finanzas, y en la FIFA, dentro del Estatuto del Jugador.

Y si la trayectoria de Juan Padrón en la Federación Tinerfeña de Fútbol es larga, también lo es la de Ramón Hernández, quien tuvo sus primeros contactos con este organismo siendo colaborador a mediados de la década de los 70 y que cumple 30 años ejerciendo de secretario general, desde 1987. Hernández sustituyó en ese año a Enrique Roca, quien pasó de la Federación Tinerfeña de Fútbol al Tenerife para desarrollar el cometido de secretario general en los primeros años de Javier Pérez como presidente. Por tanto, Hernández coincidió siempre con Juan Padrón, siendo su hombre de confianza en los asuntos relacionados con la gestión del fútbol provincial.