Mucho cuidado con el Girona. Es la consigna que, de puertas adentro, se repite en el vestuario del Tenerife durante esta semana. Después de la euforia por el buen juego desplegado ante el colíder Córdoba, se puede caer en la tentación de pensar que el siguiente envite es más asequible. Pero los números como visitante del conjunto catalán dicen lo contrario. No hay equipo en Segunda División con mejores números (10 puntos de 21 posibles), aunque otros sí igualan sus registros: Osasuna, Huesca y Real Oviedo.

Los de Pablo Machín, que ganaron su primer partido en Montilivi el pasado domingo ante el Albacete, están mostrando su mejor cara a domicilio. Han ganado en Bilbao, Oviedo y Pamplona. "La verdad es que nuestro estilo de juego se adapta bien a esas circunstancias", decía Aday Benítez en alusión a la condición de visitante. El Heliodoro Rodríguez López ya lo ha sufrido. En las dos últimas temporadas se ha repetido el resultado: 0-1.

En la 13-14, el conjunto catalán llegaba muy necesitado. Metido en puestos de descenso a Segunda B, iniciaba una remontada que acabaría permitiéndole salvar la categoría no sin dificultades. Jandro anotó el único gol de la contienda a los 47 minutos y, pese a las escasas ocasiones locales, el Tenerife se quedó sin sumar. Andaba ya metido en esa racha de siete encuentros consecutivos sin sumar (era la jornada 37 del Campeonato). No le pilló en mejores condiciones el curso pasado, puesto que la visita del Girona llegó en el debut de Raúl Agné como entrenador blanquiazul.

Un tanto de Lejeune a la salida de un córner fue suficiente para que el rival, esta vez metido en puestos de ascenso directo, se llevará los tres puntos de la Isla. No obstante, fueron muchas las oportunidades que desperdiciaron los gerundenses en la primera mitad para aumentar su renta.