La saltadora de altura española Ruth Beitia, que lleva a los Europeos de Praga para revalidar su título de Gotemburgo, pasó hoy a la final, "una más de las que no esperaba", después de su amago de retirada, hace tres años.

"Estoy contenta. Estoy en la final. Una final más. Una final más de las que no esperaba", dijo la cántabra, de 35 años, tras superar los 1,94 metros que le dieron la llave para la final.

Las dos veces campeona de Europa y veinticuatro veces de España dijo no sentirse físicamente al cien por ciento y que "el salto de 1,94 ha sido decisivo", y ha exigido de ella una "increíble capacidad de respuesta".

"No puedo permitirme volver a ver una final desde la grada", añadió con una sonrisa la veterana atleta, que sí dice sentirse en un estado psicológico óptimo.

Sobre la pista del O2 Arena, Beitia señaló que "es buenísima y si le coges el ''rollito'' se puede saltar mucho. El problema es que muchas veces te absorbe y te mete al listón y no te lleva hacia arriba".

Sobre la jornada del sábado, la española auguró que "va a ser una competición dura", en la que no faltan casi ninguna de sus principales contrincantes, entre ellas la polaca Kamila Licwinko y la lituana Airine Palsyte.