El CD Tenerife disputará pasado mañana, en Alcorcón, el noveno partido de Liga en campo contrario de la temporada 14/15, el último antes de las vacaciones de invierno y el que cerrará la serie de visitas de los blanquiazules en 2014.

Aunque la trayectoria histórica del representativo en este tipo de encuentros no ha sido demasiado fructífera en cada curso, quitando excepciones de campañas que terminaron de forma exitosa, la correspondiente al año que finalizará dentro de diecinueve días arroja un dato llamativo: el equipo ha encajado en cada encuentro.

En realidad, el Tenerife lleva más de un año sin dejar su portería a cero fuera del Heliodoro Rodríguez López -en Liga-. La última vez que lo logró fue el 17 de noviembre de 2013 en el campo del Numancia. Tras aquel 0-0 en Los Pajaritos, el equipo de Álvaro Cervera salió de casa para competir -en Liga- veintidós veces más y siempre fue batido, aunque no siempre se quedó sin puntuar. En consecuencia, para ganar siempre se vio obligado a anotar más de un gol, entre dos y tres: cuatro veces el curso pasado y solo una en el ejercicio 2014/2015 (Real Zaragoza).

Desde que empezó esta particular racha negativa, el 1 de diciembre de 2013 en Montilivi (2-2), el Tenerife recibió una media de 1,6 goles (36 en total) por partido y solo fue capaz de marcar en diez de los veintidós choques analizados (21 dianas), adelantándose seis veces (Real Murcia, Hércules, Lugo y Éibar, la Liga pasada, y Osasuna y Zaragoza en lo que va de temporada). Esos aciertos le sirvieron para sumar en ocho ocasiones: las cinco victorias mencionadas y tres empates en la 13/14.

Pasando al apartado defensivo, las ocho visitas de la temporada actual arrojan otro dato significativo. Diez de los quince goles en contra tuvieron su origen en acciones a balón parado: un córner directo (Ponferradina), tres penaltis (Girona, Leganés y Osasuna), cuatro faltas directas (Valladolid y Llagostera, dos en cada una) y dos remates tras centros laterales de falta (Osasuna y Zaragoza).

Es una de las asignaturas pendientes. En el vestuario están convencidos de que la clave para empezar a puntuar con más frecuencia a domicilio pasa por no encajar. Santo Domingo, nuevo desafío.