Consumada la eliminación de España en los cuartos de final del campeonato del Mundo de baloncesto, al perder contra Francia por 65-52, parte de la afición que llenaba el Palacio de Deportes madrileño pidió la dimisión del seleccionador, Juan Antonio Orenga, y despidió a los jugadores con aplausos.

Con el reloj desgranando los últimos segundos de un partido que cambió los sueños españoles por pesadillas, parte de los aficionados gritaron: "Orenga dimisión", para, posteriormente, despedir con una ovación a los jugadores, que se despidieron desde el centro del campo agradeciendo el apoyo.