Los entrenadores de los dos finalistas de la Liga de Campeones, Jürgen Klopp y Jupp Heynckes, son herederos remotos de Ottmar Hitzfeld, que ganó la Liga de Campeones con el Borussia Dortmund en 1997 y con el Bayern en 2001, marcando así la historia de los dos clubes.

Desde que Hitzfeld dejó el banquillo del Dortmund, tras el triunfo de 1997, han pasado muchas cosas en el club de Westfalia, cuya historia reciente está llena de oscilaciones entre el abismo y la gloria.

La historia del Bayern después de la era Hitzfeld, que terminó en 2009 después de dos etapas, ha sido menos dramática pero también ha estado marcada por la búsqueda de un entrenador que llene el vacío que dejó el actual seleccionador suizo.

Hitzfeld fue responsable de transformaciones en los dos clubes. Al Dortmund, llegó en momentos en que el equipo estaba luchando contra el descenso. Cuando se fue, lo había hecho dos veces campeón alemán y había ganado dos veces la Liga de Campeones.

Cuando Hitzfeld llegó a Múnich, en 1998 para relevar a Giovani Trapattoni, el Bayern había perdido la Bundesliga con el Kaiserslautern. El promedio de duración de un entrenador en el banquillo del Bayern era de una temporada; Hitzfeld duraría seis en su primera etapa, ganando cuatro veces la Bundesliga y una vez la Liga de Campeones.

En el Dortmund, tras la marcha de Hitzfeld, se recurrió al italiano Nevio Scala. Fue un desastre y el equipo, que en la temporada anterior había sido campeón de Europa, ni siquiera se clasificó a la Copa de la UEFA.

Luego siguió Michael Skibbe, destituido tras una serie de derrotas cuando el equipo estaba el cuarto lugar y relevado por Bernd Krauss, que tuvo que dejar el puesto con el equipo luchando contra el descenso.

Udo Latteck asumió el equipo durante cinco partidos, salvó al equipo y lo dejó en manos de su segundo entrenador, Mathias Sammer. Con Sammer, y con una ofensiva de fichajes que dejó al equipo al borde de la ruina, el Dortmund volvió a ser campeón alemán en 2002 y llegó a la final de la Copa de la UEFA.

Sin embargo, no hubo propiamente una era Sammer, que se marchó una temporada después por la puerta trasera, y el desfile de entrenadores, que no dejaron mayor huella, continuó. Los nombres son casi nombres para el olvido. Thomas Doll, Jürgen Röber, Bert van Marwijk.

Todo llegó con la llegada de Klopp en 2008. En su primera temporada fue sexto, en la segunda fue quinto, en la tercera salió campeón con un equipo muy joven -hecho a punta de cantera y de fichajes baratos- en la cuarta logró el doblete y en la quinta está en la final de la Liga de Campeones.

En cierta medida, Klopp ha repetido la historia de Hitzfeld en el Dortmund al sacarlo de la insignificancia y devolverlo a la elite.

En el Bayern, tras la temporada 2003/2004, Hitzfeld fue relevado por Felix Magath. Las dos primera temporadas de Magath a nivel nacional fueron excelentes y el Bayern logró dos veces seguidas el doblete. En el escenario europeo, en cambio, los bávaros estaban lejos de ser lo que habían sido con Hitzfeld.

En la tercera temporada de Magath, el Bayern mostró signos de agotamiento. Magath no terminó la temporada y los bávaros recurrieron una vez más a Hitzfeld, que no logró salvar la clasificación a la Liga de Campeones.

Hitzfeld siguió la temporada siguiente y, con un equipo reforzado por Franck Ribery, Luca Toni y Miroslav Klose, se despidió del Bayern con el doblete.

Luego vino el experimento de Jürgen Klinsmann, que no terminó la temporada, y la breve era de Louis van Gaal. La primera temporada del holandés fue excelente, doblete y final de la Liga de Campeones. En la segunda, en cambio, Van Gaal fracasó, en la Bundesliga, ante el Dortmund de Klopp y en la Copa de Alemania ante el Schalke de Raúl.

En la Liga de Campeones no pasó de octavos de final y para rematar cometió el peor error que puede cometer un entrenador en el Bayern que es enfrentarse con Uli Hoennes y Karlheinz Rummenigge y con jugadores claves como el capitán Philipp Lahm.

Entonces, para la siguiente temporada, vino el regreso de Heynckes, que ya había tenido una primera etapa en el Bayern a finales de los 80.

En la primera temporada de Heynckes volvió la armonía, que había sido una de las marcas de la era Hitzfeld. En la segunda temporada volvió el éxito. Ahora, para ser realmente el sucesor de Hitzfeld. tiene que ganar mañana la Liga de Campeones para luego marcharse en la cúspide.