El descenso a Segunda B del CD Tenerife en el verano de 2011 supuso un auténtico cataclismo. La plantilla, cara para la categoría de plata, resultaba inviable en la nueva situación y los directores deportivos (Juanjo Lorenzo primero y Pedro Cordero después) recibieron el encargo de desmontarla. En las negociaciones con los representantes de los futbolistas se alcanzaron acuerdos para evitar la inclusión de estos profesionales en el ERE que preparaba la entidad. El desembolso total alcanzó los 885.639,55 euros.

Entre los datos más destacados, todos ellos reflejados en la sentencia que anulaba el mencionado expediente de regulación de empleo, llaman la atención las liquidaciones de los ocho jugadores que abandonaron el club. Nino, que había firmado una renovación el verano anterior a razón de un millón de euros diarios, perdonó las tres temporadas que le quedaban de contrato a cambio de 177.000 euros, aceptando además cómodos plazos de pago para el Tenerife (julio y octubre de 2011 y enero de 2012). Otro que aceptó marcharse de la mejor manera fue Juanlu Hens, finiquitado por 95.841,57 euros.

Además, también se marcharon Julio Álvarez, Natalio Lorenzo, Melli, Greg Beranger, Carlos Bellvís y Aitor Núñez. De ellos, el internacional venezolano fue el más caro: 155.000 euros. Tampoco fue excesivamente flexible a la hora de establecer el calendario para percibir esa cantidad: "tres plazos de tres meses", según refleja la mencionada sentencia del Juzgado de lo Social número 1 de Santa Cruz de Tenerife.

Sin embargo, la cifra que recibieron el resto de exblanquiazules no fue demasiado alta. Melli (25.000), Natalio (30.000) y Beranger (42.500) firmaron su salida entre la tercera semana de julio y la segunda de agosto. Algo más caro costó liquidar a Aitor Núñez y Carlos Bellvís, que llevaban dos temporadas en el Tenerife, y acabaron accediendo a su rescisión a cambio de 83.865 y 40.000 euros respectivamente.

En la sentencia también se recogen las liquidaciones de Sergio Aragoneses y Ezequiel Luna, que pasaron a cobrar la mitad de lo que estipulaban sus contratos en Segunda A. El gallego recibió 90.012,65 euros y el central argentino poco más de 98.000.

Por último, también queda reflejada la cantidad que se abonó a Antonio Hidalgo, el único jugador afectado por el ERE: poco más de 44.000 euros. El catalán sigue esperando a que la mencionada sentencia sea firme para llegar a los 78.000 que le corresponden.