Más de cuatro décadas de creaciones de Concha Jerez, Premio Nacional de Artes Plásticas de 2015, se mostrarán a partir de mañana en "la exposición más amplia que ha hecho jamás", organizada en su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria, por el Centro Atlántico de Arte Moderno.

Denominada "Interferencias", el mismo título que se dio a otra exposición que llevó a cabo en 2014 en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, la muestra incorpora las obras exhibidas entonces, la primera de ellas datada en 1974, pero suma otros trabajos antiguos y recientes, incluso uno que se acabará en estos días, hasta duplicar sus piezas, pasando de quince a treinta.

Las cuales son, además, "treinta obras complejas", debido a que su autora es "una artista muy singular" que "abarca todos los campos", desde la fotografía al audiovisual y desde las grandes instalaciones a los trabajos para internet, según ha destacado hoy al presentarla a los medios de comunicación su comisaria, Alicia Murría.

Como profesional que ha preparado ya en varias ocasiones anteriores muestras de la Premio Nacional y que, merced a esa relación, ha llegado a convertirse, en palabras de esta, en "una amiga" suya, Murría ha considerado que esta exposición, por su volumen, "casi podría calificarse de antológica", aunque sin llegar a serlo del todo.

Puesto que preparar una verdadera antología del trabajo de Concha Jerez "sería imposible" por tratarse de "una artista atípica", cuya diversidad de facetas conlleva que "el abanico de su producción es enorme", ha argumentado.

En consecuencia, la comisaria ha expuesto que la nueva muestra se podría catalogar como "una exposición antológica de una parte de su producción", la dedicada a reflexionar sobre los discursos inconexos que se producen en la sociedad a consecuencia de "interferencias" que distorsionan los mensajes, a veces de forma intencionada y otras involuntariamente.

Una materia esta que ha inquietado siempre a la creadora, marcada por "un compromiso crítico y un compromiso político importante" que ha dejado patente en su trabajo desde sus primeros momentos y que se ha intensificado en los últimos años, haciendo que la actualidad se refleje en sus obras e incluso que vayan siendo transformadas en el tiempo para adaptarlas a cambios sociales, ha destacado.

Algo que la propia Concha Jerez ha atribuido al hecho de ser "una persona que está en el mundo, como otras", que, según ella, repercute en la conformación de su discurso creativo.

Discurso que ha tenido la oportunidad de "expandir en el espacio" ahora en el Centro Atlántico de Arte Moderno, donde sus piezas se extienden a lo largo de cuatro plantas diferentes del edificio que alberga el museo, empezando desde el sótano y ocupando al completo, por ejemplo, toda la extensión de la escalera central, hasta llegar al piso tercero.

Todo ello como parte de una instalación que ha bautizado como "Paisaje de ambigüedad" y que, a través de palabras inscritas entre escalones, paneles explicativos y espacios vacíos, busca incitar a reflexionar sobre una de las cuestiones que siempre le han preocupado, la "autocensura", según ha subrayado.

Rodeada por cuatro obras más que ha hecho específicamente para esta ocasión pero también de otras celebradas piezas suyas de años atrás, como "Crónica 7 de muertes olvidadas", de 1977, "Diario límite", de 1988, o "Caja de cotidianeidad", cuya primera versión está fechada en 1988, esa instalación buscará, como es habitual en su obra, "enganchar al espectador".

Propósito este que obedece a una concepción de Concha Jerez que la lleva a afrontar sus proyectos desde la idea de que "el arte es un medio de conocimiento", ha explicado.

Observar su trabajo será posible hasta el 7 de enero en el Centro Atlántico de Arte Moderno, el cual "salda una deuda histórica" con este reconocimiento a la artista, según ha recalcado su director, Orlando Britto.