La capacidad creativa de Armando Saldanha vuelve a ponerse de manifiesto. Una vez más, este mexicano originario de Puebla y afincado desde hace años en Tenerife -aquí han nacido sus hijos-, donde dirige el Gastrobar del Museo de la Naturaleza y el Hombre, vuelve a sorprender con una singular propuesta.

El chef decidió presentarse al concurso organizado por la Sociedad de Desarrollo de Santa Cruz de Tenerife -como parte del programa de las Muestras Gastronómicas-, que se celebró el pasado sábado en el patio central de la popular Recova y que este año estuvo dedicado a tres productos agrícolas que son típicos de la Isla: la batata rajadilla, el bubango montañero y la papa borralla.

Y reconoce Saldanha, con ese tono de voz balanceado y tan peculiar, que ya desde un principio su intención fue la de "integrar" los tres componentes que planteaban las bases del concurso. Y a fe que lo consiguió.

Y producto de su inagotable imaginación, bien "maridada" con un excelente y cuidado dominio de las técnicas culinarias, logró cautivar los paladares de un jurado que, finalmente, se rindió ante la evidencia de su deliciosa y original propuesta.

El plato estaba compuesto por un barraquito de bubango montañero con flan de queso ahumado; dumpling (bolas de masa cocidas, hechas a base de harina) de papa borralla rellena de conejo y mayonesa de salmorejo, así como costilla de cordero pelibuey rellena de setas sobre puré de papa rajadilla, acompañado de vino tinto Arautava fermentado en barrica, de Bodegas El Penitente (D.O. Valle de La Orotava).

El chef confiesa que, originalmente, había pensando en un capuchino, en lugar del barraquito por el que finalmente se decantó, y el vino tinto pretendía presentarlo en un vaso, como es tradicional en la Isla, pero la propia evolución de la idea desembocó finalmente en un "tapiplato" donde Armando Saldanha considera que ha logrado condensar parte de "la idiosincrasia de la Isla".

Y es que, a su juicio, la magia de este oficio encierra, entre otras virtudes, "la libertad para transformar y la posibilidad de provocar sensaciones y descubrir sentimientos".

Armando Saldanha sostiene que los cocineros "debemos provocar la sorpresa" y él es de los que, precisamente, se afana en alcanzar este propósito y, además, siempre termina por conseguirlo, como ya sucedió con sus sonados éxitos en Madrid Fusión, con sus bocadillos y un plato inspirado en Dalí.

Por su parte, Quilla Orozco también obtuvo premio por un menú compuesto por carpaccio de bubango montañero, chupa chups de borralla y flor de solomillo en aceite de toronjil y de postre sorpresas de rajadillas.