"Un texto bien construido con diálogos frescos y ágiles"; "La propuesta entra por los ojos..."; "Una bella y muy original narración..."; "Una original e imaginativa creación teatral que entusiasmó a niños y no tan niños...". Son solo algunos ejemplos de la valoración de la crítica especializada respecto al montaje "Simoon en la Luna", propuesta de la compañía aragonesa Los Navegantes que llegará el próximo domingo 10 de junio al teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife en dos únicas funciones, programadas a las 12:00 y las 18:00 horas.

El guion de Daniel Nesquens se funde sobre el escenario con la puesta en escena del prestigioso director Alberto Castrillo-Ferrer, premio Max 2010, para mostrar el mundo surrealista y mágico de Simoon, el protagonista de esta historia. La pátina de contenido infantil da paso a un fondo de mensaje dirigido a todos los públicos para hacer reflexionar a través del hilo conductor del humor.

Teatro, danza y música se mezclan durante casi dos horas para desarrollar una trama centrada en la historia de Simoon -acabado en dos oes- que se define a sí mismo con orgullo como "lunático". Se trata de un personaje sencillo, tierno, colorista, obsesivo, disparatado y empeñado en contar todo lo que su Tío Cosme -el primer y único "Cosme-nauta"- le enseñó sobre la Luna.

El propio Simoon, encarnado por el actor Mariano Lasheras, revivirá a Cosme, su alter ego, un personaje excéntrico, brillante, locuelo, rebelde y, como su sobrino, obsesivo y disparatado. Cosme le contó que tras cerrar la puerta a sus tres compañeros de viaje, Amstrong, Collins y Aldrin, se convirtió en el primer hombre con bigote en pisar la Luna. A Simoon le dará réplica sobre las tablas un único antagonista: el músico que interpreta Ignacio Alfayé.

Cosme (o Simoon) recordará en un "flasback" cómo, fascinado, llegó hasta arriba, descendió del cohete, pisó suelo lunar y paseó por ella, pensando, como los primeros terrícolas, que la Luna es algo mágico que ilumina e inspira... Pero una vez cumplido su sueño comenzará a dudar, a añorar esa Tierra tan azul, su sofá, la sonrisa de su sobrino, Simoon....

"Simoon en la luna" es un espectáculo que alterna historias, músicas, greguerías, aforismos, pinceladas de poesía y diálogos ágiles repletos de pequeñas piezas filosóficas. Las situaciones quijotescas o absurdas, los juegos de luces y de vestuario se van sucediendo como un camino que lleva al espectador a donde el creador quiere llegar. Como recursos escénicos, las voces en off y una escalera que parece querer encaramarse hasta el satélite terráqueo haciendo bueno aquel estribillo infantil: "Quisiera ser tan alto como la Luna, ay, ay".

El humor aparece por sorpresa como el elemento constructivo de una obra donde las posibilidades estéticas se suceden como los trucos en la prestidigitación. No en vano, en Simoon hay una continúa fusión entre la música, lo audiovisual y, por supuesto, lo teatral, concebido todo ello como un juego más dentro de esta interesante, emocionante y sorprendente propuesta escénica.

En palabras del director de la obra y también actor Alberto Castrillo-Ferrer, "Simoon es entrañable, un soñador, un Quijote más que decide contar su historia y la lleva hasta las últimas consecuencias para que quien entre en la sala de teatro se contagie y llegue a subir a la Luna como él con el poder de la imaginación".

Los artífices del montaje que llegará a Tenerife dentro de dos semanas apelan a la imaginación del publico, ya que "después de todo", subrayan, "cada uno guarda en su interior una parte lunática, herencia del influjo que la Luna ha ejercido siempre sobre la Tierra y sus habitantes".

Lo resume muy bien el "padre de la criatura", el dramaturgo aragonés Daniel Nesquens: "La magia de la Luna radica en sus misterios, en su influencia indiscutible sobre la vida animal y vegetal, rigiendo las mareas, ejerciendo una acción decisiva sobre los fenómenos meteorológicos y hasta sobre las emociones de las personas".