La coincidencia durante la mañana de ayer de la comparecencia parlamentaria de la consejera de Cultura, Inés Rojas, y de la rueda de prensa del gabinete de crisis opuesto al recorte del presupuesto del área para 2012 desató una auténtica "caja de los truenos". Los miembros de la plataforma provincial daban cuenta en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de los acuerdos de la II Asamblea "No al recorte cultural", celebrada la tarde anterior en el mismo escenario, cuando llegó la noticia de que Rojas había anunciado poco antes el mantenimiento del descenso en la aportación del Ejecutivo para el próximo ejercicio y convocaba al sector a abrir el camino hacia otro modelo cultural en Canarias.

Había varias voces en la sala, pero fueron adquiriendo poco a poco un acento coral y unánime. Algunas frases escuchadas a partir de entonces suponen ejemplos de cómo está el sector: "Esta señora no tiene ni idea si plantea un nuevo modelo antes de hablar con nosotros"; "que dimita porque lo que plantea es la privatización y que el pueblo se busque la vida si quiere cultura"; "si el modelo lo han impuesto ellos hace años, qué quieren que hagamos ahora"; "si esto se cumple, solo queda cerrar y hacer la maleta" o "los políticos nos toman el pelo".

Se trata únicamente de una pincelada de lo manifestado por los presentes en el espacio ubicado en la calle Castillo al conocer lo que planteaba Inés Rojas ante la Comisión del Parlamento apenas unos metros más abajo.

El sector cultural ofreció, pese a todo, un último plazo antes de poner en marcha movilizaciones. La fecha marcada en el calendario es la del próximo jueves, 1 de diciembre, día de la anunciada reunión con Inés Rojas.

Antes de esta catarsis verbal "anticonsejera", los miembros del gabinete de crisis habían reiterado "los cuatro mandamientos" que han presentado a los grupos parlamentarios para que los incluyan y defiendan en las enmiendas al texto de los presupuestos.

En primer lugar, piden un aumento de 7,3 millones de euros respecto a las previsiones de 2,8 para el capítulo 6 de las cuentas, el de la programación cultural. Eso supondría un recorte "solidario" del 30% respecto a 2011, pero también contar con el mínimo establecido para la supervivencia del sector: 10,1 millones de euros.

En segundo lugar, el gabinete "no se ve capacitado para indicar en qué epígrafes hay que dar partidas de baja para aumentar la aportación de Cultura. También consideran inviable aconsejar a los diputados la distribución de esos nuevos recursos para paliar la pérdida de empleo.

Por último, solicitan la ejecución del Plan Canario de la Cultura y la constitución urgente del Consejo de la Cultura y de las Artes.

Una frase del músico Polo Ortí, presente ayer, puede servir para revelar el sentimiento que embarga a la gente de la cultura: "Nunca me han dado bola en el Conservatorio. Me gustaría quedarme en Canarias, pero me voy a marchar con dolor porque el Berkley College de Boston me ha llamado para dar clase allí a partir de enero".

"Prefiero la protesta de la cultura a la de los dependientes o mayores"

El brusco recorte que sufrirá Cultura en 2012 fue explicado por la consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda, Inés Rojas, como una "oportunidad para trabajar en un nuevo modelo de gestión cultural", ya que "este presupuesto anuncia cambios en las formas de hacer las cosas". Rojas, en comisión parlamentaria, destacó ayer que la prioridad de su departamento era asegurar las políticas sociales. "Prefiero que esté ahí fuera la gente de la cultura que los dependientes y los mayores". La consejera señaló que, pese al recorte, "se garantiza la cultura como servicio público", pues se mantendrá abierta "una red de espacios públicos, como museos, centros de arte, bibliotecas y archivos con sus recursos humanos intactos". Rojas anunció que las subvenciones serán las grandes damnificadas y explicó que "hemos hecho el presupuesto que podíamos hacer". PSOE, PP y Grupo Mixto valoraron que se debió haber buscado un mecanismo para evitar unos recortes tan drásticos.