¡Hoy hablo con el Señor!

¿Por qué tanto tú nos dejas?

Porqué tanto desamor

en esta vida perpleja.

¿Porqué sonríes Señor?

Que tú mi alma llenas

¿porqué apagas el dolor?

Y me das ilusión completa.

¿Porqué tus ojos no lloran?

ante un dolor sin aliento.

¿Porqué tocas mi corazón?

y mi llanto tú adormeces.

Por tanto amor que me das

por tanta paz me enloqueces

por tanta fe en la esperanza

que tú en la vida me ofreces.

Soy una gota de agua

que la lluvia bebe a veces

¿por qué me das el calor?

que en la eternidad se crece,

¿por qué me das la vida?

¿por qué esa flor que huele?

¿Por qué el rocío la mima?

por la gran fe que desprendes.

Mª Begoña Pestano Díaz