El sida, la guerra, los niveles de pobreza y los problemas que se amontonan en suelo africano se pasearon el viernes por la noche por la plaza Alisios del Auditorio de Tenerife. El senegalés Youssou N''Dour organizó un intenso concierto que maduró a partir de los sonidos de fusión de los canarios de Gato Gótico, quienes agotaron su crédito de teloneros tirando del jazz y, en ocasiones, de ritmos próximos al rap o hip-hop sonoro.

N''Dour marcó otro ritmo. Algunas de sus actuaciones estuvieron adornadas por unas coreografías que ganaban velocidad a medida que Le Super Étoile de Dakar, el grupo que le acompaña en su gira, aumentaba los decibelios en un recinto que registró una buena entrada: entre el público había una gran representación de africanos.

Las acrobacias del bailarín se mezclaron con letras con acento en francés, inglés o wolof (un dialecto africano). El músico amagó con cantar algún tema en español, pero todo se quedó en un divertido intento, dentro de un espectáculo que se alargó durante casi una hora y media.