Canarias es una de las pocas comunidades autónomas que aún no dispone de una Ley de Bibliotecas, a pesar de que es un proyecto del que se habla desde hace varios años. La directora general del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ejecutivo autonómico, Blanca Quintero, trabaja en este momento en la regulación de los casi doscientos espacios culturales que existen en el Archipiélago con el objetivo de que la legislación entre en vigor antes de que finalice la presente legislatura.

En la actualidad, el borrador de la ley está en proceso participativo con el fin de que los cabildos y ayuntamientos realicen las aportaciones que consideren oportunas, ya que Quintero explica que la futura legislación definirá las competencias de cada administración y propiciará la creación de un órgano de dirección y un consejo asesor bibliotecario en los que estarán representados todos los implicados en el proyecto. En este sentido, la responsable pretende que la ley entre en el Parlamento este año, aunque aclara que el proceso administrativo "es muy lento".

Quintero aclaró que entre las casi doscientas bibliotecas existentes en Canarias se contabilizan también aquellas especializadas, como el Gabinete Literario o las relacionadas con temas económicos, pues se tratará de homogeneizar su funcionamiento porque "cada centro funciona de una determinada manera", y aclara que la mayoría "son de titularidad municipal".

Otra de las novedades en las que trabaja la Dirección General es en la implantación del sistema informático Absys Net, que proporcionará a todas las bibliotecas un catálogo colectivo que permitirá a los trabajadores de estos centros ahorrar tiempo en la clasificación de cada volumen, pues será la primera biblioteca en recibir un ejemplar la que realice el trabajo de catalogación. Además, este sistema informático permitirá a los usuarios comprobar desde su casa, a través de internet, si un ejemplar está prestado o no. Asimismo, Quintero habló de la posibilidad de ofrecer libros digitales a través de este sistema.

Sin embargo, la transición hacia el catálogo común requiere también un largo proceso que pasa por buscar la colaboración de representantes de los diferentes tipos de bibliotecas existentes, desde las más reducidas hasta las de mayor amplitud, pasando por las especializadas, "para poner a todo el mundo de acuerdo". La idea es poner en marcha el catálogo en periodo de pruebas antes de fin de año.

Quintero aclaró también que ya está pagada la formación de los bibliotecarios para que aprendan el funcionamiento del nuevo sistema, pues prevé que el proceso de incorporación a la red de todos los centros culmine en dos años.

Otra iniciativa relacionada con los dos proyectos anteriores es la creación del carné único para su uso en todas las bibliotecas canarias, proyecto en el que también trabaja la directora general.