Vivimos en una sociedad en la que somos incapaces de valorar el esfuerzo del otro. Buscamos referentes en héroes de papel, y somos incapaces de conceder el privilegio de la admiración al semejante. Por eso, quizás, tendemos a encontrar en el mito de Sísifo el absurdo de una vida de sacrificios en el que es imposible llegar a la meta. Ese absurdo del hombre empujando la piedra hacia la cima para que finalmente acabe volviendo a su origen es empleado en muchas ocasiones para definir al emprendedor.

Y, sin embargo, el emprendedor es, más bien, ese actor que con su visión de futuro es capaz de valorar las oportunidades que se le plantean para crear una empresa y desarrollar una actividad económica distinta al trabajo asalariado, satisfaciendo su desarrollo intelectual y creativo en el proceso de planificación y estructuración de su proyecto empresarial. Dignos de admiración desde cualquier punto de vista que se observe, el emprendedor, lejos de ser un absurdo empecinado en empresas imposibles, engarza su proyecto de vida con el empresarial, no puede separar lo que es de cuál es su función.

El emprendedor es, en esencia, un creador. Al fin y al cabo, poner en marcha un proyecto empresarial, partiendo de algo que no existía, no deja de tener una importante carga de creatividad, es hacer una obra de arte. Pero para que nuestra obra no acabe de nuevo en las faldas de la montaña, el emprendedor debe tener claro que todo proyecto conlleva una secuencia de acciones reflexivas, racionales y prácticas que permitan valorar y garantizar la viabilidad del mismo.

Es indispensable partir de unos objetivos claros con el fin de establecer las diferentes etapas de las acciones a desarrollar y los recursos de los que debemos disponer. El actor, en cada acto del proceso, debe tener establecido y bien definido su papel a lo largo del proceso y, por último, pero no por ello menos importante, calibrar el músculo necesario a la hora de afrontar la gestión del riesgo.

Una vez interiorizadas, evaluadas y asumidas las acciones y etapas que hay que ir superando, hay que dar el paso a la planificación y desarrollo, lo cual comporta acciones concretas muy planificadas, ordenadas y con la adecuada metodología con el fin de asegurar el éxito del proyecto.

El Gobierno de Canarias, conocedor de la importancia de que la sociedad cuente en su entramado económico con pequeñas y medianas empresas consolidadas, pero también sabedor de las dificultades que esto entraña, ha establecido que el Servicio Canario de Empleo proporcione, por medio de entidades colaboradoras, asesoramiento para el autoempleo y el emprendimiento.

Desde la viceconsejería de Empleo tenemos claro que el emprendedor puede ser ese referente del que estamos tan necesitados y que debe liderar la idea de sociedad vertebradora. Por eso, ofrecemos un soporte institucional para que su tarea no sea como la de Sísifo. Al asesoramiento anteriormente mencionado hay que añadir el programa de acompañamiento empresarial, con la asignación de tutor; la información sobre posibles incentivos a la contratación, acciones formativas, asesoramiento sobre el plan de empresa y modelo de negocio, información sobre diferentes tipos de sociedades mercantiles, y un largo etcétera con la finalidad de aumentar el éxito del tejido empresarial y la creación de empleo en Canarias. Toda una estructura de ayuda de sujeción de la piedra de Sísifo, en fin, para que el mito de la absurda repetición de la tarea tenga un colofón exitoso.

Y con todo este entramado de acompañamiento y apoyo, podremos llegar a observar a los emprendedores más cercanos a la teoría solar, en la que Sísifo es el disco del sol que sale cada mañana y después se hunde bajo el horizonte para renacer cada mañana con éxito y vigor, dando ejemplo y siendo referente en el sostenimiento de una piedra, la economía, que sólo aporta beneficios a su entorno. Si hasta el propio Albert Camus, quien consideraba el mito de Sísifo como el absurdo de la vida humana, creía que debíamos imaginar a Sísifo feliz porque la lucha hacia las alturas es suficiente para llenar el corazón del hombre, cómo no vamos a alentar nosotros a esos pequeños luchadores que con su esfuerzo consiguen vertebrar nuestra sociedad... En ese empeño nos encontramos y seguimos trabajando en esa línea.

*Viceconsejero de Empleo y Emprendeduría del Gobierno de Canarias