Individuos sobradamente preparados, normalmente titulados en ciencias empresariales, económicas o también derecho, con varios másteres en su haber, y con notas excelentes o de número uno de sus promociones. Sus buenas calificaciones les han permitido, sin dificultades, ser fichados por importantes compañías multinacionales y colocados en buenos despachos. Llamados a sustituir a quien precedieron en su preparación, visten ahora buenas ropas de marca, preferentemente de Emidio Tucci, zapatos italianos, llamativas corbatas y gafas de aviador. Bastante trabajadores y responsables, se estrujan la cabeza para dar buenos resultados en su empresa, a cargo de fastidiar y perjudicar a los compradores. Normalmente habitan en grandes superficies y tiendas de alimentación, por las que realmente no pasan, pues no se mueven de su despacho.

Estas cabezas pensantes son los encargados de crear las ofertas para enganchar al cliente con llamativos carteles, haciéndonos creer que nos llevamos una ganga. "Aceite de oliva a mitad de precio", y desaparecen de las estanterías porque somos compradores compulsivos, pero sin haber leído la letra pequeña que indicaba que la oferta duraba dos días. Llenamos el carro de artículos que incluso no precisamos, esos que los cómplices publicistas dicen que siempre debemos tener en la despensa, por si acaso. La trampa al consumidor que ha planeado el cerebrito listillo es elegir veinte referencias a las que ha cargado un 10% más en su precio, apenas lo notas porque normalmente son productos enlatados y envasados en bote de cristal, pero esa subida de 3 euros a 3,30 es suficiente para enjugar con creces el dispendio del aceite de oliva, que por supuesto vuelve a los dos días a su precio natural de mercado.

Además de saber cambiar precios, son los reyes de los vales de compra. En grandes carteles te avisan que por cada 25 euros que te gastes, tienes un cupón de 5 para canjearlo al mes siguiente, y tú pasas la compra tan contento. Semanas después cuando pasas por caja recuerdas que tienes un par de papeletas en la cartera, y se lo entregas con toda tu ilusión a la cajera. Pero sorpresa, te quitan los 5 euros solo por cada 40 que te gastes, pero ya has pasado la compra, te has gastado 118 y por 2 euros te quedas sin descontar 15. Preguntas a la cajera y responde que son las normas, que la compra está pasada y que se lo tenía que haber avisado antes para poder restar cuando hubiera alcanzado los 40 euros. Tu gozo en un pozo de poder ahorrar esa semana, que se acaba la siguiente cuando vuelves con los vales y ya han caducado. La rabieta interior es de aúpa, pues el cerebrito ha vuelto a dártela con queso, aunque si hubieras comprado un día después el descuento era de 35 euros por ser aniversario de no sé qué.

Estas cabezas pensantes solo estudian las fórmulas para castigar al consumidor, pues su manera de escalar en la empresa pasa por proponer nuevas ideas a los jefes. Nos inundan con nuevos carteles que mantienen al comprador tan expectante, que lo primero que haces al llegar al supermercado es mirar las ofertas del día o la semana. Alcanzar la fidelidad de un cliente se puede hacer con otras estrategias, ya que si a un buen trato le sumas premios de más valor, conseguirán más usuarios y la supervivencia del establecimiento.

Fui empresario del sector alimentario y desde hace años me ocupo de la compra semanal en casa, por lo que me conozco perfectamente el modo y forma de actuar de los establecimientos. Me encanta mi supermercado, charlar con los empleados, intercambiar ideas con los encargados, pues si tratas al personal con respeto, recibes el mismo afecto y le das sentido a la comunicación, indispensable en esta vida. Algunos me llaman cariñosamente "abuelito", me siento humildemente halagado, y esa amabilidad ha conseguido que sea recíproco el aprecio. No es necesario mentarlos porque el trabajo es sagrado, pero si veo que algo se puede corregir, me escuchan atentos, como hace poco que me quejé de la entrada al aparcamiento, que siempre está obstaculizada por algún listillo.

Que no te engañen, pasa la primera vez, es lógico que el comprador deje de acudir a un establecimiento porque prefiere precio justo y buen servicio.

aguayotenerife@gmail.com