Los canarios pierden 41 minutos al día en retenciones de tráfico, según un estudio hecho público esta semana por Social Drive, red social de conductores que intervino en unas jornadas sobre la movilidad y la sostenibilidad de los destinos turísticos, organizada por la Factoría de Innovación Turística de Canarias (FIT Canarias) y la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel). Las habituales colas en las autopistas y carreteras de las Islas no solo afectan a los residentes en el Archipiélago, sino también a aquellos que lo visitan, pues, a menudo, se ven obligados a dejar el hotel con varias horas de antelación para llegar al aeropuerto a tiempo y no arriesgarse a perder el vuelo. Cuestiones como esta influyen, no cabe duda, en la calidad del destino y el Gobierno debe tenerlas en cuenta a la hora de fijar prioridades en las inversiones a realizar. El nuevo consejero de Obras Públicas y Transportes del Ejecutivo canario cuenta con un elemento más -la pérdida de tiempo- para poner en marcha o finalizar aquellas infraestructuras destinadas a resolver, o al menos atenuar, este problema. Si aún no tiene claro por dónde debe empezar, sirva como ejemplo -fue expuesto también por la citada red social de conductores-, que las retenciones que se registran en la provincia de Santa Cruz de Tenerife equivalen al año a 380 vuelos de ida y vuelta de Tenerife a Madrid. Este dato es lo suficientemente gráfico como para que el también vicepresidente del Gobierno ponga todos sus sentidos en acabar con las colas. El tiempo apremia.

Las cifras publicadas por el Instituto Canario de Estadística (Istac), sobre el gasto turístico de los extranjeros que visitan las Islas, vuelven a poner sobre la mesa el valor que tiene esta actividad para el Archipiélago, así como la importancia de anteponer la calidad a la cantidad. En el último año, el desembolso total registró un crecimiento del 16%, fruto del incremento de las llegadas. Sin embargo, el gasto medio por persona no ha registrado cambios -apenas 60 céntimos más que en 2015- e, incluso, como ha ocurrido en el mercado británico -el más importante para las Islas- ha retrocedido algo más de cinco euros diarios. No le falta razón al presidente de Ashotel, Jorge Marichal, cuando advierte de la importancia de aprovechar los tiempos de bonanza para llevar a cabo procesos de renovación que permitan mantener Canarias como un destino líder, pero no solo en cantidad, sino fundamentalmente en calidad.

El planteamiento de Marichal sirve para reclamar que la riqueza generada por el sector turístico redunde en otros ámbitos de la economía canaria. Conviene insistir en la paradoja de que mientras se baten récords de llegada de turistas y de gasto, la tasa de paro continúa lastrando el desarrollo vital de muchos ciudadanos del Archipiélago. Tanto la inversión para renovar espacios públicos y hoteles como la mejora de las infraestructuras repercutirá directamente en actividades como la construcción, gran generadora de empleo, o la industria, pese a su poca fortaleza local.