¿Cómo se pueden asombrar de que los griegos hayan votado no? Lo de los dirigentes europeos es para hacérselo mirar. Si a uno le preguntan: ¿quiere usted pagar la hipoteca, si o no? Pues lo más probable es que diga no. Salvo que uno sea muy tonto, cosa que no parecen ser los griegos. Así que el resultado del referéndum lo que arroja es el misterio de saber cómo casi un 40% del país estaba dispuesto a pagar en las condiciones que pone la Unión Europea. Y la respuesta es que tal vez sea por miedo. Porque cuando no se pagan las deudas casi siempre hay consecuencia. Sobre todo cuando el país que no paga están pidiendo más dinero urgentemente para mantener sus bancos abiertos y pagar sus pensiones. Grecia se ha puesto democraticamente al borde del abismo.