Nos encontramos ya en el verano, época en que se producen la mayor parte de los incendios forestales, en nuestro caso en las Islas Canarias, por el calor y la sequedad del ambiente y posiblemente también por la falta de limpieza de los montes, la quema incontrolada de rastrojos, y en muchos casos por negligencia, e incluso los hay intencionados, deteriorando en muchos casos el bosque y el paisaje, que tarda muchos años en volver a la situación anterior, y el incendio de viviendas particulares, causando en muchos casos víctimas y siempre la pérdida de bienes. Este es el caso más frecuente de calamidad publica en las Islas, pero ha habido y puede haberlas de nuevo: inundaciones, terremotos e incluso no están descartadas las erupciones.

Hasta hace unos años que se organizó la Protección Civil (PC), que comprendía la protección física de las personas y de los bienes en situación de grave riesgo colectivo, calamidad publica o catástrofe extraordinaria en la que la seguridad y la vida de las personas pueden peligrar y sucumbir masivamente. Estos siniestros se tenían que resolver con voluntarios y personal de las distintas Administraciones, en muchos casos sin formación previa alguna, y siempre con la colaboración de las Fuerzas Armadas, especialmente el Ejercito de Tierra. La PC debe realizar una serie de funciones: previsión, con análisis de los supuestos de riesgo, causas, posibles efectos y zonas afectadas; prevención (siempre olvidada y necesaria) con estudio e implantación de medidas como la observación permanente de zonas de mayor riesgo, tratando de evitar o reducir las situaciones de riesgo y los daños que puedan producirse; planificación y sus líneas de actuación; la intervención para proteger y socorrer la vida de las personas y sus bienes; y, por último, la rehabilitación, restableciendo los servicios públicos indispensables y la vuelta a la normalidad.

En las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas se expresa que: "La ejemplaridad debe presidir la actuación de la Institución Militar, que constituirá, entre las del Estado, modelo de cooperación ciudadana, especialmente en caso de catástrofe y cuando lo requieran circunstancias extraordinarias". Habría que añadir actualmente "cuando sean requeridas". Así ha sucedido en épocas pasadas, y no tan pasadas, hasta que la Protección Civil obtuvo mayor entidad, especialmente cuando apareció la Unidad de Emergencia Militar (UME), unidad formada, adiestrada y dotada de los medios adecuados para este tipo de situaciones. Como ejemplo de lo anterior, el Regimiento de Ingenieros nº 2 que estaba en Sevilla, apoyó a la ciudad, desde 1892, en al menos nueve inundaciones, ocho incendios y otro tipo de catástrofes. Que yo sepa , su última actuación destacable fue en Málaga, creo que en 1989, por desbordamiento del Guadalhorce , donde el personal civil, ante el riesgo de avalancha, se negó a trabajar y el Batallón de Zapadores con su maquinaria rebajo el cauce, canalizándolo y desviando algo el mismo, evitando las inundaciones de la ciudad. Abro un paréntesis para opinar que con el puente de Hierro de Santa Cruz, junto a La Concepción, el mas antiguo de la ciudad, es lo que debería hacerse, y no gastarse una millonada en elevar el puente, que no sabemos cómo quedará y para qué servirá así.

Otro ejemplo: el 27 de marzo de 1977 se produjo en Los Rodeos la mayor catástrofe de la aviación civil. Desbordados los medios civiles, se solicitó la intervención del Ejército, donde destacó la Compañía de Zapadores de Especialidades, por su formación y maquinaria. El 3 de octubre del mismo año colaboró en la extinción de un incendio en el monte de La Esperanza. En 1981, en julio, participó en la extinción de un incendio en los montes de Candelaria. En 1982 participó igualmente en la extinción de un incendio entre Candelaria y La Esperanza. Sería interminable seseñar las actuaciones, como en el terrible incendio en La Gomera, en 1984.

Vamos a dar una pincelada sobre la UME. Mediante R.D. de 11 de abril de 2006 se establece su organización y despliegue, y se implanta como fuerza conjunta de carácter permanente, con la finalidad de intervenir de forma rápida en cualquier lugar del territorio nacional español, en caso de catástrofe o calamidad publica. Esta compuesta de: Mando, Unidad de Cuartel General , Agrupación de Medios Aéreos, cinco Batallones de Intervención de Emergencias, dos Destacamentos de Intervención en Emergencias Naturales y un Regimiento de Apoyo a Emergencias, distribuidos en 8 acuartelamientos, entre ellos Telde y La Laguna. Siendo sus medios limitados para toda España, habría que prever en caso necesario la intervención de unidades normales.