Frase que se ha repetido con insistencia y cierta frecuencia en los sectores independentistas catalanes y vascos y que se refiere a que si sus exigencias no son atendidas por el gobierno de Rajoy puede dar lugar a eso, a un choque de trenes entre los territorios que están en esa tesitura y el gobierno central.

Da la sensación, por lo que se percibe, de que por parte del centralismo no se está por la labor de comprender ni asimilar la historia y las justas reivindicaciones de ciertos territorios, como los anteriormente citados, a los que se podría incorporar Canarias si se insiste en mantenerla en el olvido y en la falta de respeto en determinadas cuestiones, como, por ejemplo, la más inmediata, cual es la respuesta que se espera por parte de Madrid para autorizar una consulta popular sobre las prospecciones petrolíferas.

Cuestiones estas de suma trascendencia, tanto para unos como para otros, a las que el Gobierno central no puede mirar para otro lado ya que ello acrecentaría el problema, este se enquistaría y las soluciones que se adopten serían impredecibles y seguramente no asumidas en su conjunto.

Por parte del PSOE se ha esgrimido una reforma de la Constitución desde el ámbito del federalismo como inicio de los pactos que se podrían verificar para dar satisfacción a catalanes y vascos, lo cual parece no es aceptado por el resto de comunidades autónomas, que verían sus derechos mermados y sus competencias estranguladas.

Ante este panorama, si no se actuá con reflejos de Estado y pronto, se podría dar el mencionado choque de trenes, lo cual abriría un espacio de incertidumbre, de desaliento y de incomodidad por la dejación de no tomar a tiempo las riendas de estas cuestiones.

Canarias, como territorio altamente diferenciado y que en algo se parece a las cuestiones aludidas, catalana y vasca, sus atributos históricos y referenciales van mucho mas allá y si se han ido parcheando asuntos podría acontecer que los silencios se rompan y las exigencias se sitúen en el escenario de la alta política reivindicativa. Pudiera ser.

De la misma manera que las dos grandes fuerzas políticas se han puesto de acuerdo para sacar adelante un ley orgánica de abdicación con la trascendencia que esta tiene, están tardando en ponerse de acuerdo para abordar los problemas territoriales que continúan pendientes, los de ahora y lo de pasado mañana. Dejarlos para el día siguiente quizás sea demasiado tarde.

Euskadi y Cataluña tienen asumidas sus reivindicaciones. Por parte de Canarias, sí que se debe alzar la voz, desentumecer viejas rémoras, remozar el espacio nacionalista con una ideología consecuente y seguro que tras de esta se reafirmara nuestra situación política en los diferentes ámbitos donde Canarias debe ser protagonista, y no como un convidado de piedra cualquiera.