1.- El mejor índice para saber si la cosa va bien en este país no es el Dow Jones, ni el Nasdaq, ni el Ibex 35; ni de coña. El índice que determina que los republicanos son pocos y cobardes, que no va a pasar nada en la transición monárquica inminente, que Podemos es una figura efímera y que las perras están seguras, es el Jubileta Jones. Es decir, sin colas ante las entidades bancarias para retirar apresuradamente las pensiones. Si los jubiletas, casta cada vez más puesta en el asunto de los valores, no se movilizan y no acuden con sus chándales gris marengo a sacar las perras, es que todo va bien. Que la cosa marcha. Es decir, que lo que triunfa ahora, y ojalá sea siempre así, es la cola estilo Full Monty y que los jubiletas vayan a bailar en ella, felices de que su dinero está a buen recaudo. Porque no hay quien defienda con más vehemencia, solvencia y firmeza sus ahorros que el pensionista, agarrado al índice Jubileta Jones como a un clavo ardiendo.

2.- Es decir, que la abdicación del rey no ha alterado para mal ni la prima de riesgo, ni la Bolsa, ni las acciones de los bancos. Más bien lo ha hecho para bien. Pero el mejor índice, ya digo, es el Jubileta Jones, agencia de calificación de riesgo más fiable y que no responde a intereses de países, ni a alzas del petróleo, ni a nada de nada. Se calcula a ojo, por percepción de quien sabe más por viejo que por diablo. Cuando algo en el mundo se mueve, aunque sea de forma imperceptible, comienza a desplazarse hacia los cajeros la marea gris marengo. Y es en ese preciso instante cuando es menester actuar y sacarlo todo de golpe, meterlo en el calcetín de lana y esperar a que el tsunami chandaloso se disperse de nuevo hacia los bancos, esta vez del parque, atentos siempre sus agentes y corredores de bolsa (del pan) al acontecer mundial.

3.- Mi admiración los por jubiletas, clase a la que pertenezco sin remisión y muy a mi pesar, aunque no frecuente las sedes de las referidas bolsas urbanas. Ni participe en las discusiones bizantinas sobre la actualidad mundial. Júbilo al jubileta, sí señor, que en un suspiro ha pasado de la chupa a la chancleta. O algo así, que me recitó una vez un amigo. Ustedes háganme caso: confíen su destino a quienes no tienen nada que hacer y disponen de tanto tiempo para fijarse en las cosas. El Jubileta Jones es el índice de valores y de calificación de riesgo más fiable del mundo.

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