Europa, que malvive como un ente ficticio, donde la unidad económica es un fiasco, puesto que unos ganan más que otros con idénticos trabajos, otros cobran pensiones superiores a los de más allá con igual tiempo de cotización, y donde la unidad política es esperpéntica ya que se puede decir que prácticamente no existe. Y por no existir no se ha logrado aprobar una constitución europea y se va a trancas y barrancas con el Tratado de Lisboa, que algo palia las carencias existentes

Pues ante este panorama donde está latente, y con cierta virulencia, el fenómeno del secesionismo dentro de una Europa que se ha construido moviendo el tiralíneas y recomponiendo fronteras, rompiendo de esa forma lazos culturales que son en definitiva los que se van a imponer, con lo cual, o se tendrán en cuenta todos estos pueblos y naciones o el proyecto europeo saltará por los aires.

Ejemplo: si a Escocia, cuando logre su independencia, no se le permite la entrada en la UE, el Reino Unido ya ha dejado caer que convocará un referéndum para salirse de esa estructura europea. Situación esta que se podría extender a aquellos países que tienen dentro de sí territorios que están por la secesión: España y Cataluña; en Bélgica, Flandes; se recrudecería el conflicto en Irlanda del Norte; Bretaña en Francia, y Padania en Italia.

Si esto aconteciera, la consecuencia más inmediata es que afectaría a la recomposición del espacio europeo, por lo que tendrían que tomarse con mucho tacto y exquisita actitud política estas consideraciones y exigencias de nuevos territorios soberanos, porque de no ser así se expondría a la ruptura de aquello que se recompuso tras dos guerras mundiales con corrimiento de fronteras y de incorporación de pueblos que nada tenían en común.

Ante lo que se avecina ya hay políticos que están pregonando que habría que, en lo que respecta al estado español, modificar la Constitución en el 2015 e ir hacia un modelo de estado federal donde se excluya el derecho a la autodeterminación, pero considerando las singularidades de Cataluña y Euskadi para parar el proceso secesionista, pero que logren gran parte de lo que desean.

Lo que se observa es que quien tiene la fuerza de los votos manda, y hace posible ajustes políticos y cambios constitucionales, y el que no los tiene, a verlas venir y si toca algo, pues bien, si no a seguir esperando. ¿Esperando a que? Cuando hago esta pregunta me la estoy haciendo como canario que observa y ve cómo hay muchos que nos adelantan por la derecha y por la izquierda, por lo que creo llega el momento de nuevos replanteamientos políticos dentro del espacio nacionalista si es que verdaderamente estamos por la construcción nacional de Canarias.