Triste que el regazo en que caemos al nacer sea el que decida sobre nuestra felicidad o nuestra desgracia. No por las abundancias o escaseces. Ricos o pobres. Hay influencias más determinantes. "¡Dichoso el hombre sobre el cual han llovido como celestial rocío los besos de sus padres! Estos besos se filtran por la tierna carne del niño y llegan hasta el corazón y lo reblandecen para siempre". Quien haya tenido padres justos y amorosos jamás odiará en conjunto a la humanidad, porque aquellos seres adorados pertenecen a ella. Por el contrario, si el hado adverso le ha deparado un nido helado, nunca podrá echar de sus huesos el frío" (Armando Palacio Valdés).

Traigo esto a cuento por el proyecto que modificará la ley del aborto del ministro Gallardón. Se habla del aborto con una ligereza y una falta de respeto tremendas. Abortar no es plato de gusto de nadie. Siempre es una decisión más que dolorosa. Un drama.

La maternidad siempre debe ser deseada por la gran responsabilidad que implica y cada mujer debe decidir si quiere o no ser madre y, ante un embarazo no deseado, poder decidir al respecto. Porque se puede obligar a engendrar y parir a una madre, pero no se le puede obligar a desear serlo ni a querer a su hijo ni, por lo tanto, ofrecerle la vida que le corresponde por derecho. Todo niño merece ser querido y eso está por encima de todo.

No es el mundo quien debe juzgar ni condenar... abortar es una decisión de tal magnitud que nadie puede tomarla y seguir con su vida como si no hubiera pasado nada. El precio psicológico también es muy alto. Nadie puede juzgar.

Respeto a los católicos contrarios al aborto, y que en ningún caso lo harían. No respeto a quienes imponen, desde las leyes, sus creencias al resto de las personas. Pero me resultan intolerables las medias verdades: la Iglesia católica establece que es pecado y motivo de excomunión el aborto, cualquier aborto. No comprendo entonces que portavoces de la Conferencia Episcopal Española consideren un avance (sic) -¿menos oportunidad de pecado?- este anteproyecto respecto a la legislación existente.

Me irrita y me molesta el fariseísmo del PP -no todos los del PP- cuando hacen una ley confesional e inhumana, con siniestras gateras abiertas para que no se diga, y no tienen sin embargo el valor de ilegalizar el aborto. Cualquier aborto. Como manda la Iglesia.

Vivo amargamente el debate grave, duro, sobre ese anteproyecto de ley. Debate que evidencia todas las dificultades y desencuentros que una ley de interrupción voluntaria del embarazo supone para esta sociedad y para los seres humanos. Me desagrada que la justificación del Gobierno y del promotor y adalid de la ley, Gallardón, sea el cumplimiento de un programa electoral que no han cumplido ni en un diez por ciento.

Me irrita y molesta esa proclama falaz de progresismo y protección de la vida y de la mujer. Me encabrona que se condene a la mujer a certificarse, por una legión de facultativos, como disminuida psíquica duradera para abortar. Me duele que un Gobierno, un presidente y sus ministros nos amenacen con una ley del aborto de condiciones inhumanas, olvidando que el aborto está ahí, siempre estuvo ahí, aunque quieran ocultarlo. Me humilla que a las mujeres de este país se les impida, en el drama del aborto, mantener una legislación que regule su decisión, semejante a la mayoritaria en los países "referencia". Me molesta que la anuncien coincidiendo con el mandato judicial de un registro en la sede de su partido, en búsqueda de documentación de posible financiación ilegal y trama de corrupción. Me molesta que lo hagan como pantalla de ocultación.

Para más inri, la justificación "económica" para prohibir a la mujer decidir sobre su maternidad suena a chiste. Con cinco millones de parados a la espalda, recortes en guarderías, impuestos en alimentos infantiles, pañales y tratamientos, el FMI exigiendo a España bajar aún más los sueldos, las cifras de pobreza... Si quieren más hijos "como Dios manda" tienen una mina por explotar, que casen al clero. Da la impresión que, para ellos, la vida importa mucho más antes de empezar.

Feliz domingo.

adebernar@yahoo.es