Hay quien dice que los años hacen que uno madure, que sea más comedido, incluso aprender a encogerse de hombros cuando se ven cosas con las que no está de acuerdo. Otros, por el contrario, promulgan ser beligerantes hasta el final, no permitir que personas que no saben de lo que trata saquen adelante proyectos que son una aberración... Es como empeñarse en subir por una escalera mecánica que en ese momento desciende. Al final llegarán al rellano que es su objetivo, con mucho esfuerzo y salvando los inconvenientes de los "ignorantes", pero con la satisfacción de poder ofrecer algo que a los demás no se les había ocurrido.

La gente habla de la RIC -mejor dicho, no la gente, sino los empresarios y los políticos- pero no creo que estén bien documentados sobre su historia y lo que ha significado para el progreso de nuestras islas. Ahora ha llegado el momento de prorrogarla -la actual tiene vigencia para el período 2007-2013- y parece que todo el mundo quiere opinar sobre lo que ha sido y lo que puede ser en el futuro. Sin duda alguna es conveniente que las leyes se modifiquen una vez transcurrido cierto tiempo desde su entrada en vigor -una norma dictada en 1988, por ejemplo, sobre el transporte de mercancías no puede aplicarse en la actualidad habida cuenta el cambio tan enorme que ha experimentado ese sector-, pero creo yo que lo que nunca se debe cambiar es su espíritu, las razones principales que motivaron su promulgación. Otro ejemplo: si hubiese una ley sobre la calidad de los alimentos en los comedores públicos -igual la hay...-, si en algún momento se diera la circunstancia de que la dotación económica se disminuyera, creo yo que la afectada debería ser la cantidad, no la calidad; podremos comer medio pan recién hecho que no un pan duro del día anterior.

La RIC es la herramienta que tiene a su disposición el empresariado canario para invertir los beneficios obtenidos en la mejora de su empresa. Para ello la acienda pública permite que solo tribute por el 10% de dichos beneficios, mientras que el 90% restante puede dedicarlo a la compra de maquinaria, solares, naves industriales, etc., siempre que redunden en beneficio de la empresa. Centenares de ellas la han utilizado a lo largo de los años permitiendo que el tejido industrial de las islas haya mejorado sensiblemente, ofreciendo incluso la posibilidad de invertir en Obligaciones del Tesoro de manera transitoria cuando la empresa no tenga en el momento de tributar ningún proyecto en perspectiva.

Pero a lo que iba: el espiritu de la RIC radica en la necesidad, la obligatoriedad, de emplear el dinero que no se paga al fisco en mejorar la empresa, bien aumentando su actividad o emprendiendo negocios nuevos que la complementen, pero por lo que he leído algunos ''empresarios'' y parlamentarios pretenden ahora que los beneficios de la RIC puedan ser invertidos en el extranjero. O sea, resumiéndolo, si una empresa tiene un beneficio de un millón de euros y se quiere acoger a la RIC, tendrá que tributar solo por cien mil euros puesto que los otros novecientos mil puede dedicarlos a los fines que la ley permite y ya he señalado. Mejorará su empresa, la ampliará, proporcionará trabajo a los habitantes de las islas, etc. Si no se acogiera a la RIC tendría que tributar a acienda por el total de sus beneficios, o sea el millón de euros, permitiendo que con ese tributo sean los diferentes ministerios los que acometan obras públicas de interés general o mejoren, por ejemplo, la sanidad o la educación. ¿No constituye esta propuesta una traición a quienes lograron la RIC para las islas? Se permitirá con ello, por ejemplo, que una empresa hotelera se establezca en Marruecos o en Cuba, utilizando el dinero que nuestra acienda le ha permitido no abonarle. Se comprende, en consecuencia, que el parlamentario Miguel Cabrera Pérez-Camacho haya rechazado de forma tajante la propuesta, aunque posteriormente miembros de su propio partido se han apresurado a dejar una puerta abierta a esa posible utilización. Como dijo Lampedusa en su novela "El gatopardo", si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie. Como dije al principio es conveniente cambiar o modificar las normas que rigen la RIC, pero no la despojemos de su sentido: que se invierta en Canarias el esfuerzo de los canarios y en beneficio de los canarios, no allende las fronteras.