Acabando el año, nos ha parecido oportuno recodar, o subrayar, o en su caso dar noticia, de algunos acontecimientos ocurridos en 2013. Porque aunque el "silencio" ha llegado -así lo parece a altas esferas; el secretismo de las entrevistas de Artur Mas con el presidente del Gobierno a mediados de año-, el ciudadano -y en este caso el lector- puede tener el interés de participar. En la órbita educativa, por ejemplo, el baremo para las becas, o el fracaso escolar en Andalucía, la cual por su extensión y riqueza cultural se merecía otra cosa. Y no el ruidoso fenómeno de los ERE, de consecuencias no reparables a corto plazo.

Positiva, en cambio, me parece la idea de que el español se ha de ver como lengua internacional (César Nombela), de integración, de esfuerzo. Aunque está pesando demasiado el desafío de una Cataluña presentada por algunos políticos como separada de España. ("La unidad de España no es negociable", reiteré recientemente en uno de mis artículos). El Santo Padre, siempre tan cercano al hombre (ver mi obra "Emergencia educativa en la sociedad contemporánea", 2013), ha pedido mutuo respeto entre cristianos y musulmanes. Propugna la laicidad religiosa y se remangó serenamente por la paz en Siria (Javier Reverte califica este primer etapa como la del "soldado Francisco"). Al contrario que Obama y la posición española. Cuando Oriol e Ibarra acusan a parte de la juventud de cobardía al confesar su catolicidad, idea que pudiéramos completar con la expuesta por García de Gortázar sobre que "apenas queda nervio suficiente para mirar el futuro porque la sombra de la izquierda es alargada".

Al tema de Gibraltar también se le han dedicado largas crónicas. Citaría en este momento "Las siete verdades", que al respecto del Peñón escribió José María Carrascal (Abc 3-9-2013), y que nuestros políticos debieran tener más en cuenta. La tentación de la corrupción, o del regeneracionismo, que ya glosé al día siguiente del discurso de nuestro presidente del gobierno, ya que encontré una omisión al regeneracionismo ético e institucional, más allá de la economía. A mi modo de ver no se vislumbra. F. Carnicero, que fuera vocal del Consejo General del Poder Judicial, llamó a recuperar el proyecto desde la propia Constitución. No aludo a Bárcenas.

Finalmente, tras la derrota de Madrid como candidata olímpica 2020, junto al lamento y a la gratitud por quienes lucharon, se abre un tiempo que debiera ser de rectificación y de esperanza, para afinar en las explicaciones o justificaciones del fracaso. Posiblemente algunas pudieran encontrarse en algunos datos o textos aquí expuestos. Para que la imagen real de España, con Cataluña dentro y con menos paro, superemos la pérdida de confianza y credibilidad.

*Jurista. Académico