Nacó en Regio Emilia, cerca de Parma (Italia), donde recibió clases de piano, canto, composición y dirección orquestal. Al principio de su carrera cantó como tenor lírico en varias obras y desde que fue invitado a dirigir "La Traviata", obra con la que debutó, se convirtió en uno de los grandes e importantes directores de orquesta italianos, recorriendo el mundo, y siendo reconocido por su solvencia y conocimientos de ópera italiana y francesa.

A Mauricio le conocí hace muchos años, y ha dirigido ópera con frecuencia en Tenerife, la última vez el "Don Pasquale" que cantó Celso Albelo en el Auditorio en 2007. Es un hombre cercano, simpático y muy correcto en el trato. En mi época de presidente de ATAO era asiduo en nuestro teatro Guimerá y en el Leal de La Laguna, y por ese motivo hicimos muy buena amistad. Pasamos muy buenos ratos en familia y siempre que hubo un desanso lo llevé por los lugares con más encanto de la isla y a degustar nuestra gastronomía en casas de comida o guachinches.

Disfrutaba de la forma de ser del canario, y le brillaban los ojos en cuanto se topaba con una belleza isleña. Había que pararlo, porque era muy lanzado. Una vez, en una cena, le tocó al lado una chica muy guapa, alta, rubia, con los ojos verdes, de la que no recuerdo el nombre, pero sí que hacía el papel de la Kate Pikerton de "Madama Butterfly". Enseguida se le dilataron las pupilas, pero ella, con simpatía y desparpajo, lo frenó en seco, y sacó de su monedero una fotografía de su marido y sus dos hijos.

Vivimos grandes veladas musicales y de mesa y mantel, sobre todo en el mesón El Duque, con excelentes platos del "Tío Aurelio", primero, y más tarde de su sobrino Manolo, un restaurante que añoro, pero que mi economía ya no me permite disfrutar, en especial de aquellos platos de embutidos con queso manchego, la merluza a la romana, o los mejores calamares fritos que he comido, hasta que Jorge de León me lleve a la Punta, donde, según dice, hacen los mejores de Canarias. Como me lo tiene prometido, se lo recuerdo siempre que puedo.

Barbacini se ha labrado una gran carrera, ha sido asiduo a los grandes teatros de América y Asia, y ha dirigido en toda España, pero preferentemente en el Liceo y Canarias.

En Europa ha sido habitual en Viena, Estatal de Babiera, Berlín, Dresde... Su repertorio es amplio, y aborda prácticamente todo: Puccini, Verdi, Donizetti, Bellini... Es requerido por su solvencia y la seguridad que transmite a los profesores de las orquestas. Nunca le he visto mal encarado, como otros, y lleva su responsabilidad con mano maestra, por lo que no para de trabajar y viajar.

Ha ocupado cargos como director en Finlandia, invitado en la ópera de Filadelfia, en Babiera, en el teatro nacional de Tokio, en Frankfurt... Es un hombre galardonado y tiene en su haber importantes premios de una larga lista a enumerar. Su dirección es siempre muy correcta, transmitiendo a los músicos sus grandes conocimientos, respetando las partituras, demostrando su dominio de los grandes compositores y sus obras, algo que, dada su experiencia, ya no tiene secretos para él. Por eso merece estar en la cúspide, y a pesar que ya tiene sus años, le queda cuerda para rato.

No dejen de buscarlo en internet, se asombrarán de todas las obras que sigue dirigiendo, en qué grandes teatros sigue trabajando y a qué prestigiosos cantantes a regido alguna vez.

Las últimas veces que ha estado en Tenerife, me consta que ha preguntado por mí, pues el afecto es mutuo, pero nadie ha sido capaz de darle mi teléfono. Espero que la edad nos permita una nueva oportunidad de encontrarnos y charlar de música, que es lo que más nos gusta a ambos. A lo mejor tengo suerte, le llega este comentario y puede contactar conmigo con las nuevas tecnologías, a las que todavía me estoy acostumbrando. El tiempo dirá. Ahora no será difícil comunicarnos, pues habla bien el español, aunque al principio solo hablaba en italiano, y yo le decía: "Piano, piano, lontano", porque se embalaba y no había forma de entenderlo.

aguayotenerife@gmail.com