Siempre he considerado y admirado a Garachico como el municipio de Tenerife más culto y distinguido en ese aspecto y con iniciativas de su población, siempre mirando al progreso, a la superación y a la distinción entre los demás. Conozco Garachico desde muchos años atrás. He asistido a su progreso, he disfrutado asiduamente de su balneario natural, producto de la iniciativa de muchos de sus habitantes y los muy competentes alcaldes que han ocupado su ayuntamiento, entre los que sobresale mi muy querido amigo Lorenzo Dorta, a quien considero artífice de la transformación de toda la ciudad, que ese título debe ostentar con todo merecimiento la que llaman villa y puerto, aunque esta denominación la enaltece más que cualquier otra. El puerto de Garachico debió haberse conservado tal cual al que recibía los veleros mayores, porque entonces toda la navegación era a vela, aunque el puerto actual es apto para todos los barcos que hoy navegan, tanto de cabotaje como de pasajeros, entre ellos los trasatlánticos de turismo.

Y todo este preámbulo, donde podríamos citar el reconstruido parque de la antigua Puerta de Tierra, viene a cuento porque entre las viejas costumbres traídas a la actualidad para atraer al turismo, Garachico va a poner en marcha algo que no es tan grandioso pero sí atrayente para los isleños que no viven allí, donde veo la mano del exalcalde casi perpetuo, Lorenzo Dorta, quien seguro que fue el inventor del servicio de paseos en coches de caballos, penúltima de las atracciones garachiquenses. Me refiero al "Rico Itinerario del Tapeo", que consiste en visitar varios guachinches o bares o tascas que sirven vino y tapas diferentes, desde el viernes día 17 de mayo, hasta el 12 de junio, y que organiza el Centro de Iniciativas y Turismo de la Villa y Puerto, aunque sería mejor que el tapeo se combinará con el paseo en coches de caballos entre tasca y tasca, que no sé cómo no se le ocurrió a mi viejo y querido amigo Lorencito, que está en todo.