LO DENUNCIA una diputada parlamentaria de Canarias. Aumentan los cargos directivos de Sanidad sin actividad asistencial, se siguen engordando los puestos directivos y los pagos por "sus servicios". En La Palma, a razón de 58,02 euros cada hora, que cada sábado suman la poca despreciable cantidad de 1.392,48 euros que obtiene el director médico que se encuentra de guardia, según explica la diputada.

Esta circunstancia, en referencia al Hospital Universitario de Canarias, ha sido denunciada en anteriores ocasiones por Intersindical Canaria, notificando la presencia de un subdirector/a médico y de una subdirectora/o de Enfermería de guardia localizada al teléfono, por lo que obtienen unos buenos pagos económicos que son ocultos y no conocidos oficialmente por parte del Comité de Empresa y que no vienen reflejados en los gastos presupuestarios públicos como el resto de cantidades económicas laborales que aparecen en los convenios colectivos. Estas cantidades son similares a las expresadas por la diputada canaria y varían según sean días laborales, sábados o domingos.

Estas guardias "telefónicas", que no de presencia física, y por las que nunca aparecen por el hospital, están además cubiertas por otro personal de presencia, como es el caso del jefe de día, en los médicos, y de la supervisora de guardia, de Enfermería.

En el contexto general de precariedad económica en el que se mueve la sanidad pública actualmente, parece escandaloso mantener estos privilegios y prebendas para ciertas clases directivas y cargos funcionales, todos de libre designación, o sea, puestos a dedo, que llama mucho la atención en comparación con el resto de los trabajadores públicos.

Del mismo modo, en el HUC existen a diario una serie de facultativos de "guardias localizadas y de alerta" en un número de veintitrés, de las cuales algunas pueden considerarse poco útiles, dada la nula participación en tareas asistenciales. Así, además de los cuarenta y cuatro médicos de presencia física presentes a diario, junto con los nueve médicos de Urgencias específicos, suman cincuenta y tres facultativos de "guardias de presencia física", que junto con los especialistas que se encuentran localizados totalizan la tremenda cantidad de setenta y dos sanitarios, que, en ciertos casos, duplican la verdadera necesidad asistencial que ofertan. Y creo que en algunos casos se puede racionalizar mejor esta cantidad de médicos especialistas a distancia si demostramos, estadísticamente y durante años, su práctica nulidad en los servicios que cubren. En todo caso, no pretendo lesionar intereses laborales de nadie, pero creo que es preciso dar estos datos reales de lo que ocurre para corregirlos.

Hemos expresado nuestra opinión a la propia consejera de Sanidad (sin que nos haga caso) para que regule estos despilfarros económicos que se mantienen en algunos centros sanitarios públicos, que no en todos, ya que en el hospital Nuestra Señora de Candelaria no aparecen estas guardias telefónicas que tanto y tan bien se cotizan entre algunos elegidos directivos y cargos de confianza. Porque esas partidas presupuestarias podían ser utilizadas en otros beneficios cara a la ciudadanía.

Y es que no se puede estar pidiéndole al trabajador que aumente su jornada laboral, que arrime el hombro y que sea solidario por una coyuntura particular de crisis, cerrando quirófanos y plantas hospitalarias, aumentando las listas de espera de consultas, pruebas y quirúrgicas, manteniendo los colapsos en las Urgencias (aunque lo niegue la consejera, mintiendo una vez más y tratándonos de tontos a los ciudadanos, que no vemos lo que ocurre), mientras existen partidas presupuestarias muy elevadas para pagar servicios que no son precisos y que no tienen una rentabilidad asistencial de cara al paciente, en una clara prepotencia y sobrevaloración de una serie de privilegiados que ponen y quitan a su antojo según la proximidad política que ostenten y si son sumisos a las directrices marcadas por ellos mismos. De vergüenza.

Canaria (HUC)