EL COLMO de la ridiculez y de la cara de cemento armado, impasible a la burla y al cachondeo, se ha visto por algunos en una representación que han llevado a cabo el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, y su fiel escudero, a la usanza de don Quijote de la Mancha, en la localidad, ahora marroquí, de Tan-Tan, antes parte del territorio africano de dominio español, del que se apropió el rey de Marruecos Hassan II en la Marcha Verde, aprovechando que el general Franco estaba gravemente enfermo del mal que lo llevó a la muerte, que si llega a estar el general vivo hubieran sido diferentes las cosas, ya que Franco poseía aquello que falta a muchos hombres políticos de antes, y más a los de ahora, y que suena mal decirlo.

Rivero y Berriel fueron a terreno marroquí en una especie de visita que no tenía razón de ser ni justificación alguna, como no fuera una más que la visible adulación al actual monarca, por si el rey hiciera caso de sus supuestos derechos sobre las aguas canarias y sobre las Islas en las que ahora reina el elemento sauzalero que no tiene nada de particular que se haga llamar Paulino Primero, tales son sus ansias de mando.

Paulino I y su escudero no se sabe si fueron a Tan-Tan en helicóptero o en avión corriente de línea ordinaria en el que viajó este periodista a El Aaiún, hace años, invitado por el director de la estación de radio que se había inaugurado en la localidad. En la gráfica que publicó este diario aparecen Paulino y Berriel arropados en chilabas morunas mientras quienes los recibieron vestían de la manera europea, quizás confabulados para que los dos visitantes hicieran el ridi y pudieran carcajearse de ellos a mandíbula batiente. Sé de muchos santacruceros que se rieron bastante cuando los vieron de tal guisa en el periódico.

La duda que a algunos nos queda por aquí es si Paulino y Berriel fueron a Tan-Tan a rendir vasallaje al monarca marroquí, lo que significaba adulación y, mirado desde aquí, hasta traición si es que alentaban al rey a ejercer sus supuestos derechos. Y si eso es fidelidad y patriotismo, un servidor es la reina de las flores.