Llevaban casi una semana anunciándolo y ayer fue el día. La Radio Canaria, o la Radio Autonómica, o como se llame, es un juguete caro que pagamos todos pero con el que solo juegan unos pocos. No tan caro como la Televisión Canaria, menos mal, pero bastante oneroso. Sobre todo si se utiliza como instrumento de propaganda para resucitar, políticamente hablando, a un presidente fuera de juego tras los resultados de su partido, y de sus aliados en el Gobierno regional, en las dos consultas electorales de este año. Persiste Paulino Rivero, pese a todo, en prorrogarse a sí mismo, tal vez a la espera de que escampe un poco o de que se haga más de noche, como dice el belillo o el mago, que lo mismo da. Aunque no parece que la situación vaya a mejorar según las previsiones para el próximo año.

¿Y qué hace el presidente de esta comunidad para evitar que la hecatombe canaria sea todavía mayor? En realidad, dudo que estas Islas puedan estar peor, habida cuenta de que su porcentaje de paro solo difiere en una décima del registrado por la Isla de la Reunión; la colonia -región ultraperiférica se dice ahora- más pobre de Francia. Pero incluso así el guarismo invita a remangarse y ponerse a trabajar. ¿Trabaja el señor Rivero para que Canarias no tenga un desempleo cuantificado en ocho o diez puntos por encima del que avergüenza al resto de España, que a su vez duplica la media europea? Si se considera trabajar el hecho de que el portavoz de su propio partido le pregunte en el Parlamento por los editoriales de este periódico y por su editor, entonces que viva el trabajo; a ese arduo tajo se apunta cualquiera. Si, por añadidura, también se considera trabajo el que lo agasajen a uno en ese mencionado juguete que es la Radio Autonómica, a lo mejor son multitud los que se declaran trabajadores natos.

La amable -por no decir babosa- entrevista que le hicieron al señor Rivero Baute ayer en casa propia resulta vergonzosa por partida doble. Ante todo porque -acabo de escribirlo- lo menos que se puede esperar del presidente del Ejecutivo autonómico es que intente sacar a este Archipiélago de la situación en que se encuentra. Dudo que sea capaz de hacerlo, su pésima gestión a la vista está, pero por lo menos que lo intente. Y en segundo lugar por el elenco de periodistas que eligió para su acto de propaganda. Estaba hasta Carlos Sosa. ¿Le preguntó por una peineta y por una escobilla de retrete comprada en su día para el palacete presidencial de Las Palmas, además de por sus vuelos en helicóptero a coste cero, como hizo en su día en un programa de televisión? No lo sé porque no me puse a oír tal entrevista. Hace tiempo que no suelo acostarme tan tarde y levantarme temprano se me antoja una ordinariez. Una duda -la relativa a la peineta y los desplazamientos en autogiro- que tampoco supo aclararme la persona que oyó el inicio del radiofónico interviú. Nada más que el inicio, lo subrayo, pues las arcadas la obligaron a deambular de inmediato por el dial hasta caer en la sintonía de otra cadena con bastante más audiencia en la cual, qué cosas, un par de columnistas se reían a mandíbula batiente de don Paulino y de su esperpéntico paulinato. Aunque no sé si todo esto le hace gracia a uno solo de los casi 300.000 canarios que, ni tienen trabajo, ni esperanzas de conseguirlo. Más bien no.