1.- Ellos se lo guisan, ellos se lo comen. El todavía presidente del Gobierno, Paulino Rivero, ha acusado ayer a José Rodríguez, director de este periódico, de "intento de chantaje", "por no acceder a que se amañase un concurso de licencias de FM". Hace falta tener cara y estómago para dar un giro tan poco escrupuloso al mayor escándalo ocurrido en Canarias en los últimos años, como sin duda ha sido este concurso, que el Gobierno ni siquiera se ha atrevido a publicar en el BOC. Porque lo presuntamente irregular es el resultado del propio concurso, no la reivindicación de un medio que no ha obtenido licencias, porque cree que era de justicia haberlas conseguido; y lo exponga. Rivero ha hecho estas manifestaciones en sede parlamentaria, a preguntas de uno de los suyos, Barragán. Barragán se lo guisa y Paulino se lo come. Ellos se preguntan, ellos se responden. Miente Rivero al afirmar que este periódico chantajea a alguien; y menos a él. La crítica a un político no es un chantaje, ni significa necesariamente presión.

2.- Pisa Paulino un terreno resbalizo, como dice el mago. El concurso favoreció a empresarios muy ligados al presidente del Ejecutivo; y a otros que vinieron de fuera y que incumplían todo el espíritu de la convocatoria; y a personas muy cercanas al Gobierno de Rivero. ¿Casualidad? No lo sé. Pero parecen muy raros los baremos aplicados para una resolución aún provisional. Y parece aún más extraño que la mayor y mejor cadena de radio de Canarias, que era la de Radio El Día, no obtuviera ninguna licencia. Cuando los tribunales estudien lo que pasó -porque lo tendrán que estudiar a fondo-, veremos lo que dicen. Aunque, la verdad, me fío muy poco de los tribunales; y estoy en mi derecho.

3.- Esto no tiene que ser una lucha entre poderes. Porque una lucha entre poderes es lo menos que le hace falta a Canarias en este momento. A Paulino Rivero no le gusta que le recuerden lo mal que lo está haciendo, lo caótico de su pacto con el PSOE, ni la situación de paro y pobreza que embarga a Canarias. Lo de México es la excusa perfecta para él. Es curioso que Paulino Rivero coja el rábano por las hojas y que, desesperado por lo mal que le van las cosas, se defienda atacando. Está en su derecho, pero me parece una mala táctica. Y lo del show de la pregunta parlamentaria me da risa. Coalición Canaria está en las últimas, entre otros, por culpa de Joker y Cepillín, que han bajado a la arena del circo a acusar a un medio y a su director por ejercer la crítica. ¡Toma democracia, Moreno!