Querido Paco:

¿Cómo está el trabajo por esas tierras? Seguro que no tan mal como aquí. Aunque según el Gobierno estamos mejor que nadie; no se explican de qué nos quejamos. Pero no es por eso por lo que te escribo hoy. Esta carta es para decirte que tu hijo, como sabes, acaba este año el bachillerato, si lo aprueba todo, y dice que ya no estudia más.

Por más que intento convencerlo de que es necesario para su porvenir que estudie alguna carrera que le guste y que tenga salidas para que pueda conseguir un buen trabajo, dice que no. Que no estudia más.

Tú y yo sabemos que no es inteligente, pero tiene que seguir estudiando, porque solamente con bachillerato no tiene porvenir. Le insisto en que si no quiere hacer una carrera universitaria que haga una profesión, pero tampoco quiere. Le he dicho que de esta manera terminará de empleado en cualquier comercio deslomándose de sol a sol y ganando cuatro perras, si tiene suerte. Que así no puede formar una familia como es debido. Si es que no tiene que irse a trabajar a otro lado, lejos de aquí.

La última vez que le pregunté qué era lo que pensaba estudiar me dijo que, después de pensar mucho sobre el tema de su futuro, se había dado cuenta de que a él no le gusta estudiar y que además no es nada inteligente. Que seguramente no acabaría nunca una carrera universitaria. Y que si la acababa vete a saber en qué iba a trabajar, si es que conseguía algo. Porque hacer unas oposiciones, malo, muy malo. Eso es demasiado difícil.

Estudiar una profesión, bueno, que algunas profesiones le gustan. Pero que todas son trabajos que exigen mucho esfuerzo físico, y como que no, que no va a hacer eso. Peor que peor.

Que lo que va a hacer es afiliarse a un partido político y dedicarse por entero a progresar en ese partido. Que si nos fijamos, vemos que hay muchos políticos que no han trabajado en su vida. Que es lo que más le gusta a él. No trabajar, cobrar bien y vivir mejor. Que si nos informamos mejor encontramos políticos que no tienen estudios, y algunos en cargos de importancia. Qué necesidad tiene él de estudiar más.

Que el trabajo del político no tiene horario fijo. Se puede levantar tarde, que es algo que sí le gusta. Tienen todas las vacaciones que quieren, porque a cada momento nos enteramos de que faltan a los plenos, a las reuniones y esas cosas de ellos.

Paco, estoy muy preocupada.

Te dejo porque tengo que ir a hacer la comida, que ahorita viene; mañana vuelvo a escribirte y cuento más.

Mari

Santa Cruz y su turismo

¿Cómo es posible que tanto el Ayuntamiento como el Cabildo de Santa Cruz de Tenerife permitan tomar la plaza de La Candelaria por unas personas que se llaman a sí mismos "los indignados"? No estoy en contra de sus protestas, sean lógicas o no. Lo que no se puede permitir es que, después de un tiempo prudencial, y más pasadas las presentes elecciones autonómicas, continúen en dicho lugar dando un espectáculo de pena.

¿Qué pensará el turista que llega a nuestra capital, en particular los cruceristas, al ver que un sitio tan emblemático como nuestra querida plaza de La Candelaria está ocupada por una especie de campamento chabolista?

Deseo aclarar que tengo en estima a estas personas que sacrifican su tiempo en manifestar su enfado contra el sistema. Pero al mismo tiempo les digo que todo tiene un límite. Por lo que les ruego que desmantelen su campamento y liberen a la plaza de La Candelaria para bien de todo el pueblo, pudiendo continuar con sus reivindicaciones por otros medios no tan agresivos para el buen funcionamiento de la ciudad.

Espero y deseo que esta juventud, que no tiene un pelo de tonta, comprenda que, si bien se han manifestado con cierta razón, sepan admitir que hay cosas que se pasan de castaño oscuro. Por otro lado, tendrán que atender a sus estudios, trabajos y familia, que en la vida son importantes también.

Juan de la Rosa González