D. Paulino es, como todo el mundo sabe, presidente del Gobierno de Canarias. En una conferencia dada el día 22 de diciembre en la sede de la orden del Cachorro Canario, en Las Palmas, tuvo la valentía de reconocer y enfrentar la madre de todos los problemas de Canarias: la superpoblación. Sin embargo ha tenido más de tres años y seis meses para por todos los medios y ante todas las instancias intentar poner fin a esta tan grave situación y no lo ha hecho. Tan pronto como Rodríguez Zapatero o María Teresa Fernández de la Vega le han tirado de la oreja, ha adoptado una posición servil.

De todos modos, podría hacer algo en favor del interés general de Canarias en los tres meses que faltan para terminar la actual legislatura. Es en interés general de Canarias reducir el número de plazas alojativas de turistas en Canarias, cosa hartamente difícil si no fuera porque existen sentencias firmes de derribo de más de veinte hoteles en Lanzarote. Siendo así, esperamos que conmine al presidente del Cabildo de Lanzarote a que inste que las sentencias sean cumplidas.

Es obligatorio para cualquier servidor público pensar en las generaciones futuras, y más cuando, como en Lanzarote, hay más fuereños que canarios.

Estoy convencido de que el Sr. Rivero sabe el problema que representa la desaparición de las dunas de Playa del Inglés y Maspalomas, y es por ello que debería contactar con expertos que puedan conocer la forma de impedir que tal desastre llegue hasta sus últimas consecuencias. Al mismo tiempo es cuestión de prevenir, que lo mismo pueda ocurrir con las hermosas montañas de arena de Jandía y Corralejos en Fuerteventura.

El Sr. Rivero debe tener claro que en turismo los intereses de España y Canarias son totalmente divergentes, mientras que a aquella le interesa el turismo de masas, por razones obvias, a nosotros nos destruye, no solo el presente sino también el futuro.

Tenemos la obligación moral de exigir a los gobernantes españoles que se esfuercen y pongan en marcha campañas de promoción de su país para así intentar doblar el número de turistas que visitan la Península, y no optar por lo más fácil e injusto, que es exprimir aún más a los archipiélagos citados. Supongo que al Sr. Rivero le es claro que cuando habla de aumentar en un millón el número de turistas a Canarias está beneficiando a España y no a nosotros. Canarias, al no ser un país libre, es solamente un instrumento utilizado para crear riqueza y puestos de trabajo para la metrópoli.

Antonio Artiles Megias

¿Quién controla a los menores?

Se comenta con frecuencia la falta de seguridad y, por supuesto, valga la redundancia, de inseguridad originada en alto porcentaje por los menores. Continuamente se está produciendo vandalismo en los colegios con grandes destrozos, e igualmente, atentados y amenazas hasta con armas a los policías y ciudadanos, y no digamos de las pintadas en todo tipo de inmuebles. Y todo esto, como protagonista el menor, que ha perdido el respeto a todo el mundo, y en particular, a sus padres y profesores. El Gobierno tiene que poner coto a esta situación con leyes más estrictas, obligando a los padres a que pagen los daños que ocasionan sus hijos. Será la única manera de que los padres controlen más a sus retoños, ya que, principalmente, el mal parte de la inhibición que estos hacen de su responsabilidad en la educación y comportamiento de estos chicos ante la sociedad. En cuanto los papás y las mamás vean que tienen por ley que pagar las barbaridades que hacen estos "angelitos" no les quedará más remedio, como se suele decir en estos casos, que meterlos en cintura, estando seguro de que el vandalismo bajará en gran medida. Sin embargo, la paradoja es que hoy en día hay padres que también habrían que educarles en su misión como cabezas de familia.

Juan de la Rosa González