AHORA resulta que, a la chita callando, y no porque sea un secreto aconsejable -me figuro para que Las Palmas, por aquello de "culo veo culo quiero", que es la táctica canariona para que su puerto figure como el más importante del Archipiélago aunque sea de boquilla-, sino por dejación de los responsables del puerto tinerfeño, se están efectuando importantes obras en el dispositivo portuario santacrucero y los "chichas" sin enterarnos. Menos mal que este periódico, en la víspera de Reyes y, para muchos, con la aparente intención de darnos en la fiesta una sorpresa-regalo, ha revelado, nada menos en dos páginas enteras de información, que en nuestro puerto se están llevando a cabo y, al parecer, se encuentran bastante avanzadas, infraestructuras tan fundamentales como la ampliación de las superficies para contenedores, que tanto la Cámara de Comercio de la provincia como la CEOE consideran "actuaciones clave" para recuperar el protagonismo internacional que le corresponde a Tenerife como centro logístico de negocios en el Atlántico.

Cuando escribí la crónica que se publicó el domingo último en este periódico, nada sabía de la construcción que se estaba efectuando y por eso hice una crítica tan negativa del dispositivo y la actividad portuaria. Ahora resulta que tenía razón y la sigue teniendo el que ha sido, para mí, el mejor presidente de la Autoridad Portuaria y Junta de Obras del Puerto, como antes se llamaba este organismo, Pedro Anatael Meneses, cuando sostenía y sigue sosteniendo que en el litoral de Santa Cruz había aún sitio para ampliar y reformar positivamente el puerto, por lo que no era tan vital como lo pintan hacer un puerto en Granadilla, sin negar que no sea también necesaria esa infraestructura, que parece retrasarse entre falsos ecologistas y organizaciones, supuestamente responsables, que se creen las mentiras de los falsarios y venga a torpedear y retrasar las obras, algo incomprensible en un país medianamente serio y que produce auténtica vergüenza.

A la vista de lo que se ha dicho y se ha desmentido con hechos que dan la razón al que desmiente, uno se pregunta dónde y para qué están los ingenieros de la plantilla de la Junta o de la Autoridad Portuaria para no reaccionar a tiempo en el raro caso del "Puerto de Granadilla sí, Puerto de Granadilla no", y hemos llegado a estos extremos. ¿Falta de profesionalidad o presiones superiores que impidan manifestarse? He aquí la duda que queda en el ciudadano.