1.- A mí me gustan las señoras; y las señoras elegantes, mucho más. El otro día, en Sevilla, Zapatero presentó su inútil ley -nace difunta- de Economía Sostenible. Nadie sino él sabe lo que significa esto; o ni siquiera él. Con ZP estaba en Sevilla el Gobierno y con el Gobierno, las ministras. Casi todas iban de falda, lo que es de agradecer, menos la que nunca va de falda, la señorita De la Vega. Elegantes, desde luego. Pude ver cómo Beatriz Corredor, la de Vivienda, lucía un bolso de Loewe. Y cómo Trini Jiménez llevaba un modelo de bolso de Louis Vuitton, espero que no comprado en el top manta, sino auténtico, de la tienda de la calle Ortega y Gasset madrileña. Conste que no lo digo en plan burlón, porque a mí la moda me encanta y me gusta que las ministras socialistas vayan bien; al fin y al cabo, el dinero es de cada cual y cada cual hace con él lo que quiera. Ellas son bellas, jóvenes y universitarias y algunas con buenas oposiciones hechas, como Beatriz Corredor, que creo que es registradora de la Propiedad.

2.- Quien no ha opositado es Santiago Pérez; y ya es hora. Pero como se pasa la vida mareando la perdiz en los juzgados no ha tenido tiempo de prepararlas. Ni siquiera de hacer el doctorado, como le recordaba el otro día, con peor leche que yo, mi amigo Fernando Fernández Martín. Es curioso: unos Pérez ganan (José Miguel) y otros pierden (Santiago). ¿Qué hará ahora este lagunero controvertido, autoerigido -con su ex patrón, Juanfer- en los grandes corregidores de las Canarias? En Sevilla, Carme Chacón, Defensa, que a mí siempre me ha gustado como política y como mujer (pónganlo ustedes en el orden que deseen), se arremangó la falda para subir una escalera y yo, cuando vi la foto en "ABC", me quedé como bien. Me puso un poco, qué quieren que les diga. Las socialistas/ministras tienen un pelín de morbo. No quería decirlo, pero ya lo dije. Fíjense, si no, en los zapatos de charol de la Garmendia, que no es socialista pero sí es ministra.

3.- Unos Pérez ganan y otros pierden, en Canarias. Esta disquisición metafísica me ha servido para regocijarme del triunfo de un Pérez frente a otro. Del Pérez normal frente al Pérez innecesariamente coñazo y falsamente batallador. Prefiero, desde luego, a las ministras que lucen piernas y modelitos de marca. Y es que desde que unas cuantas salieron en "Vogue" les cambió el carácter para bien. Incluso la señorita De la Vega está más simpática, a pesar de Soraya Sáenz de Santamaría. Otro día hablaremos de las damas del PP. Las damas de azul.