Que vuelva el hotel Camacho

Este pequeño artículo lo escribí el 3 de octubre, a raíz de leer unas declaraciones de doña Dulce Xerach Pérez López, hoy diputada en el Parlamento de Canarias y anterior viceconsejera de Cultura del Gobierno de Canarias, de cuyas declaraciones se hacía eco el día 2 de octubre, en un artículo aparecido en EL DÍA, el actual alcalde de Tacoronte, diciendo, entre otras cosas: "Más tarde o más temprano el tranvía volverá a Tacoronte".

Y me sigo preguntando, dado el absoluto desconcierto y desaguisado que tenemos en este querido pueblo-ciudad-campiña-territorio de comanches: ¿más tarde o más temprano el tranvía, Sr. alcalde? ¿Ya encontró zonas apropiadas que no estén cultivadas, que no sean jardín, que no sean viña, que no sean barranco, que no tengan construcción alguna y que las vías y obras de ese tranvía -tan añorado ahora- no sigan dañando nuestra tierra?

Le doy a Vd. y a Dª Dulce una idea: háganlo totalmente aéreo y será una singularidad más en esta Isla de Tenerife. No estaría mal, la verdad. Y luego pequeños helicópteros para los viajeros que se bajen en cada parada, etc., para "acercarlos" a sus respectivos domicilios, si con tantas obras aún seguimos conservando nuestras viviendas. Porque digo una cosa: si vuelve el tranvía, yo también quiero que vuelva y esté el hotel Camacho, señores, aquel que tiraron los intereses particulares con la venía del Cabildo y ayuntamiento de entonces; que esté presente con su hermosa arquitectura, sus buenas maderas, sus espejos (¿los devolvería "alguien"?), sus perchas, sus cristales de colores, su pérgola y hasta sus orquestas; que pase el tranvía por su mismo recorrido de entonces (¡qué inmenso desastre sería!), por su escalera de entrada, que vuelva don Alfonso XIII, que haya vítores y aplausos y emociones. En fin, que vuelva el Camacho.

¿Cuánto nos costaría, Dª Dulce y D. Hermógenes? ¿Más o menos la cantidad del Auditorio, que primero fueron 6.000 millones de pesetas, luego se convirtieron en 14.000 y luego ya no sabemos?

Bien claro lo digo de nuevo, que vuelva el Camacho. Lo pido a gritos. También con él volvería mi padre, que fue uno de sus presidentes en aquellos hermosos años. Pero si vuelven el Camacho y el tranvía, por mucho que todo ello costara, todo lo daría bien empleado si con ellos volviera mi padre.

¿Verdad, Dª Dulce y D. Hermógenes, que todo sería impensable, increíble? Pues confío y espero que les dé Dios tiempo más que suficiente para reflexionar lo que tienen ustedes en mente (y quizá ya hasta un proyecto). ¿Cómo no lo incluyó este ayuntamiento e este maravilloso PGOU?).

Están ustedes destrozando nuestra Isla, su esencia y su alma, y también lo digo a gritos y desde el fondo de mi ser entero.

Desgraciadamente, aquí no vivimos ya de nostalgias ni ocurrencias intempestivas.

Mª José Dorta