TENÍA PENSADO dedicar este ladrillo al rocambolesco caso del Parque Marítimo de Santa Cruz y a las declaraciones de mi viejo y muy querido amigo Pedro Doblado Claveríe, con quien durante mucho tiempo coincidí cuando él era delegado provincial del Frente de Juventudes y yo miembro de esa querida e inolvidable organización, en la que ingresé cuando tenía once años y no la dejé hasta que ingresé en la Universidad. Y, entonces, seguí teniendo contacto con Pedro Doblado porque fue jefe del también muy recordado Sindicato Español Universitario, el SEU, que tan fundamental papel desempeñó en la educación y la cultura española. Pedro Doblado fue designado para presidir el Ayuntamiento de Santa Cruz y ha sido uno de los mejores alcaldes que ha tenido la capital tinerfeña. Luego, mientras yo me iba para Ciencias, Pedro se fue a Derecho y hoy, y desde hace tiempo, es uno de los abogados más competentes que han salido de las aulas de la Universidad de La Laguna.

En el campo de la anécdota, fue Pedro el que primero llamó "ladrillo" a un trabajillo mío en el Frente de Juventudes. Y ya ven, así denomino yo a los artículos que escribo en esta columna. No sé si Pedro recordará lo que cuento porque han pasado muchos años de esto, pero del amigo he tenido y sigo teniendo el mejor concepto, que me refresca cada vez que lo veo y oigo en ese programa de "Canal 7" que es auténtica "memoria histórica" y no de la más bien "memoria de odios" de Zapatero.

Dije que tenía pensado comentar el caso del Parque Marítimo de Santa Cruz, pero cambio de idea cuando leo, en el número de este periódico del martes último, un artículo del abogado don Felipe Campos en el que pide el cese de Pedro Doblado como secretario de la empresa pública Parque Marítimo y dedica a su colega y amigo mío una serie de adjetivos de los que discrepo y algunos de los cuales pueden ser delictivos.

No quiero entrar en esta polémica y sólo insisto en la discrepancia, por lo que no espero que me lleven al juzgado como es costumbre de nuestra clase política y de la otra. Espero, eso sí, la respuesta de Pedro Doblado, a quien le dedica tantos calificativos que, repito, no me parecen justos. Deseo, eso sí, como todos los ciudadanos de Santa Cruz, que el incomprensible problema de nuestro Parque Marítimo sea resuelto de una vez, que se releve, si es preciso, a quien no considero titular idóneo de la Autoridad Portuaria, que es propietario, al alimón, con el ayuntamiento, del actualmente destrozado y cerrado espacio de ocio. Este cargo procede de la Consejería de Agricultura del Gobierno autónomo, que se parece a Puertos como un huevo a una castaña. Por lo que oigo y leo, la tal Autoridad Portuaria no ha ejercido ninguna autoridad sobre el Parque Marítimo.