DOS TEMAS para el comentario de hoy. Empezamos por Mateo López, asesor del alcalde de Santa Cruz, cuyo cese ha pedido el PP por decir que "Canarias no ha sido nunca España, sino exactamente una posesión española". Se equivoca el PP, aunque lo hace por obediencia. No podemos olvidar que tanto este partido estatal como el PSOE tienen su sede regional en Las Palmas; una isla, la tercera, que está al servicio de los intereses de la Metrópoli. En realidad se puso a disposición de los castellanos ya en los tiempos de la conquista. No tiene ninguna validez la argumentación de Brito Arceo, concejal popular en la Corporación capitalina, cuando dice que la españolidad de Canarias está recogida en la Constitución española, pues ésta establece que España es una unidad indivisible. La Constitución, que acatamos por imperativo legal, puede decir lo que quiera. Puede decir que Chicago también es una ciudad española con la misma validez que lo afirmado respecto a Canarias. En definitiva, decir que Canarias es España posee el mismo valor que manifestar que Cabo Verde no es una nación digna e independiente, sino una provincia escandinava. En ambos casos, un disparate.

La otra parte de este comentario la dedicamos, un día más, a los votos de CC en el Congreso de los Diputados. Nos tiene consternados este apoyo a Zapatero de doña Ana Oramas y de don José Luis Perestelo. Apoyo gratuito -los 25.000 millones del Plan Canarias no los veremos nunca-, innecesario y hasta contraproducente, pues abre la puerta a la aprobación de unos Presupuestos Generales del Estado que son muy perjudiciales para España y para Canarias ya que, desgraciadamente, seguimos siendo una vil colonia española. Tanto el uno como la otra tenían en sus manos la solución de los males canarios y españoles -que no es otra que la caída inmediata del Gobierno de Rodríguez Zapatero- y la han dejado pasar. ¿Qué le han prometido a doña Ana? ¿Que le van a dar un ministerio? La señora Oramas nos ha salido, además de tránsfuga, ingenua. Aunque más bien pensamos que se está comportando de una forma tan errática por ignorancia política. Lo repetimos: con el simple hecho de negarle el voto a Zapatero, ambos hubiesen contribuido a eliminar el socialismo leninista-estalinista que padece España y Canarias. Sin embargo, los diputados de CC en Madrid se han hecho cómplices de la perversidad del Gobierno de Zapatero. En consecuencia, ambos también son responsables del enconamiento con que se está persiguiendo a las empresas y a los ciudadanos que trabajan para subvencionar a los que no trabajan. Por si fuera poco, don José Luis Perestelo alude a "razones de Estado" para justificar su ignominioso voto de ayuda a Zapatero. Eso no se lo perdonarán nunca los ciudadanos canarios. Ni Dios, que está en los cielos, les perdonará jamás a la señora Oramas y al señor Perestelo lo que han hecho.

Lo mejor que podrían hacer, volvemos a decirlo, es venirse para acá y dejar de estar aspirando a ministerios u otro improbables altos cargos en el Gobierno central. Los dos deberían tener vergüenza política, dejar de apoyar a quien nos está arruinando a todos y pedir de una vez la independencia de su pueblo. En nuestro editorial de mañana comentaremos ampliamente este deleznable entreguismo de unos nacionalistas de la política pura.