EN PLENA campaña previa a las elecciones europeas, el debate sigue la misma tónica: los grandes partidos se dirigen a sus respectivas clientelas para animarlas a no quedarse en casa, mientras las candidaturas pequeñas hacen lo imposible para asomar la cabeza por encima de los dos grandes; como los medios convencionales no les prestan apenas atención, utilizan Internet en la medida de sus posibilidades, que son ciertamente pocas porque, además, en tiempos de crisis no hay dinero para estas formaciones.

Entre los contendientes menores destacan, claro está, los partidos que pueden disponer de fondos públicos porque tienen alguna representación parlamentaria: Izquierda Unida, Esquerra Republicana de Catalunya y la coalición de la catalana CiU, el vasco PNV y el gallego BNG que, en recuerdo de los tiempos anteriores a la guerra civil, dieron en llamarse "Galeusca", acrónimo de Galicia, Euskadi y Cataluña.

Junto a estas formaciones, en esta convocatoria a las urnas hay dos novedades: por primera vez se han puesto en marcha candidaturas multinacionales que se presentarán en todos los países de la Unión. Una es la promovida por el Partido Conservador británico, que ha abandonado el Grupo Popular Europeo y ha buscado socios en otros países para formar grupo propio, si obtienen eurodiputados suficientes. En España se han aliado con Alternativa Española, un partido tenido como de ultraderecha, pero que en realidad es un partido conservador de corte clásico que trata de recoger a los desengañados del Partido Popular, al que acusan de no defender suficientemente valores tradicionales como la religión, la familia y la vida humana.

La otra candidatura, llamada Libertas, es iniciativa del millonario irlandés Declan Ganley, que en su día logró, él solo, apoyo ciudadano suficiente para que el referéndum irlandés del proyecto de Constitución Europea saliera negativo. Este hombre ha recorrido toda la Unión en busca de aliados para crear un grupo de bloqueo en el Parlamento Europeo, que impida acuerdos disparatados en materia de vida humana y familia, y que trate de otorgar a esa institución la importancia que en un sistema democrático debería tener, acabando de una vez con los modos dictatoriales de la Comisión. Su socio español es Ciudadanos, el partido alternativo nacido en Cataluña, más algunas personas individuales bien conocidas, como el cabeza de lista, el ex director general de la ONCE Miguel Durán.

Cambio de modelo

Por lo demás, la crisis económica, muy bien, gracias. Los datos siguen siendo malos, el Gobierno se agarra a cualquier interpretación que le permita decir que se ve luz al final del túnel, y la oposición le dice una y otra vez que no engañe a la gente. El presidente del Gobierno parece haber descubierto una expresión que le parece que suena bien, y la repite siempre que puede: es el "cambio de modelo productivo", que no se sabe muy bien qué es, y que de momento él resume con una especie de aleluya: "Menos cemento y más conocimiento". Tal vez en entregas posteriores concretará algo más, aunque no sea en forma de pareados.

Quizás la parte del "más conocimiento" tenga algo que ver con la última ocurrencia del ministro de Educación, Ángel Gabilondo, que ha anunciado -y el Gobierno ha aprobado, aunque se desconozcan aún los detalles- un nuevo plan de becas o ayudas económicas, de 1.500 euros, a los alumnos de la Enseñanza Secundaria Obligatoria que estén en lo que ha llamado "riesgo de abandono". Se trata de combatir el fracaso escolar, que ya ronda el 32 por ciento, cifra muy por encima de la media europea. Ahora al fracaso escolar se le llama en la neolengua oficial "abandono educativo temprano", referido a los alumnos que no consiguen terminar este ciclo y abandonan las aulas.

No parece que sea ésta la mejor manera de animar a estos alumnos a estudiar y esforzarse más, sino que más bien da la impresión de que se premia el suspenso; sería una especie de versión educativa de las buenas intenciones de la Constitución cuando afirma que la prisión debe ser un instrumento para la reinserción social de los delincuentes, en lugar de lo que hasta ahora es una escuela de delincuencia. Pero, en fin, al ministro se le ve buena intención; lo que ya no es tanto de agradecer es que estos experimentos los haga con el dinero que se extrae coactivamente a los ciudadanos por medio de impuestos, que, como su nombre indica, no son voluntarios.

Y a propósito del dinero de los contribuyentes, se ha reproducido la escandalera de hace varias décadas, cuando el entonces vicepresidente Alfonso Guerra viajó de Faro a Sevilla en un avión del Ejército para llegar a tiempo a una corrida de toros. Esta vez ha sido Rodríguez Zapatero el que se ha subido a un Falcon para ir a dar un mitin del PSOE en la campaña. En todos los medios se le ha criticado duramente por usar bienes públicos para actividades partidistas y no oficiales. La respuesta del presidente del Gobierno ha sido repetir la hazaña en cuanto ha tenido ocasión. En cuanto esto se reproduzca unas docenas de veces, no sólo el noble pueblo español se acostumbrará, sino que incluso es posible que, si un día Rodríguez no va en avión a los sitios, le reclame que haga honor a su alto cargo. Quién sabe.

Posdata

La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha admitido a trámite la querella que el sindicato Manos Limpias ha puesto contra el juez Baltasar Garzón por prevaricación en la famosa instrucción de las fosas comunes de la guerra civil. La Sala ha acordado por unanimidad que hay indicios de prevaricación en la conducta del juez, que actuó a sabiendas de que no era competente en el caso. Veremos en qué acaba este episodio, que más que buscar un castigo ejemplar contra el juez estrella por antonomasia parece un intento de desanimar a los "vice-garzones" que ya empiezan a aflorar.