EL ASUNTO POLÍTICO más importante de la semana sigue siendo el laberinto que los principales partidos con presencia en el País Vasco están recorriendo en busca de una salida para la mejor gobernación de aquella Comunidad tras las últimas elecciones autonómicas. No ha habido novedades en los hechos, sólo en las palabras. Seguimos, por tanto, en los tanteos y las intoxicaciones a la opinión pública. En esta fase cada cual atiende al efecto electoral para posibles citas con las urnas que puedan producir unas u otras situaciones posibles, así que será mejor no contribuir más que lo indispensable al enrarecimiento del ambiente, y prestar atención a otros acontecimientos, mientras los políticos vascos juegan su particular juego del escondite.

Entre esos otros asuntos que llaman la atención destacan tres: la emergencia de posibles nuevos casos de corrupción política (con la intervención del juez Garzón, naturalmente), los primeros movimientos preparatorios para las elecciones europeas previstas para junio, y la producción por primera vez en España de un ser humano con la finalidad de que suministre sangre de su cordón umbilical a su hermano mayor, afectado de una anemia congénita severa.

Poderoso caballero

La corrupción acompaña al hombre desde lo que un peculiar exégeta humorístico de las Sagradas Escrituras llamó "el lamentable incidente de la manzana". Pocas expresiones más alejadas de la realidad que ésta tan repetida: Tal o cual persona es incapaz de robar, o matar, o estafar. Todos somos capaces de lo mejor y lo peor, sin excepción, a no ser que hayamos perdido la libertad.

Por esta razón, la convivencia civilizada se asegura cuando se establece un sistema en el que todos estén sometidos a leyes justas, incluidos los mismos legisladores; es lo que se llama el Estado de Derecho, que se rige en la cúspide por una norma suprema, la Constitución, que a fin de cuentas no es sino un catálogo de lo que los administradores públicos pueden y no pueden hacer.

Sentada esta consideración general, sólo con satisfacción pueden recibirse las noticias del descubrimiento de casos de corrupción política, que siempre lleva aparejada la económica. El juez Garzón, en su investigación de casos de corrupción que tienen en el centro a un hombre llamado Correa, que organizaba actos del Partido Popular presuntamente a cambio de beneficiar económicamente a quienes se los contrataban. Al haber encontrado como posibles implicados a personas aforadas, como diputados autonómicos de Madrid o el mismo presidente de la Comunidad valenciana, Francisco Camps, ha tenido que inhibirse a favor de los respectivos Tribunales Superiores de Justicia. Sin embargo, a su vuelta de la enésima gira americana para dar conferencias, Garzón ha vuelto a citar a su Juzgado al sastre de Camps, no se sabe ni con qué competencia, ni con qué propósito.

Es ésta una muy mala noticia para el Partido Popular, por más que su presidente, Mariano Rajoy, haya dicho que caerán sin excepción todos los militantes o dirigentes en quienes se prueben prácticas corruptas.

Ahora proseguirá la acción judicial, en una u otra sede. Y procede hacer una última reflexión por ahora: de ser ciertas las sospechas que se ciernen sobre los implicados, se sabe lo que ha de ocurrir; pero no están tan claras las consecuencias en caso de probarse la inocencia de los inculpados. En España sale muy barato destruir la fama de alguien, aunque finalmente se acredite que no había motivo. Por esta razón, en este caso, junto a las sospechas sobre los cargos del PP hay otra sospecha: que estas acusaciones sean una forma de venganza política por los excelentes resultados alcanzados contra pronóstico por ese partido en Galicia y el País Vasco. Todos somos capaces de lo mejor y lo peor, como queda dicho.

Cordón umbilical

En Sevilla hay unos padres felices porque un hijo que padecía una anemia congénita severa que lo habría conducido a una muerte temprana ha sido curado, gracias al trasplante de la sangre procedente del cordón umbilical de un hermano generado in vitro, e implantado en su madre una vez que se comprobó que no padecía la enfermedad.

Llama la atención que, en la presentación de este caso, los medios más entusiastas han insistido mucho en la oposición de la Iglesia católica a la producción de esos llamados bebés-medicamento, generados no por sí mismos, sino porque son útiles como suministradores de sangre, médula u otros órganos a un hermano enfermo al no ofrecer problemas de incompatibilidad.

Pero ésta no es toda la historia. La historia completa incluye la necesaria producción in vitro de decenas de otros hermanos que han sido sacrificados al no haber resultado seleccionados para poder nacer porque no eran útiles. Esto significa que nadie (ni la Iglesia, obviamente) se opone a un trasplante de sangre de cordón umbilical o de médula ósea; pero también significa que no es indispensable ser católico para oponerse a la producción de decenas de seres humanos y seleccionar a uno matando a los demás, por elevada que sea la finalidad que se persiga. Oponerse a salvar una vida a costa de sacrificar varias no tiene por qué ser forzosamente una actitud religiosa; basta que sea meramente humana.

Europa

El Partido Conservador británico ha roto su relación con el Partido Popular Europeo, porque considera que éste ha perdido el horizonte de las raíces cristianas de Europa en la construcción de la Unión. Y ha hecho algo más: ha recomendado a los británicos residentes en España que no voten al PP, sino a Alternativa Española. En España hay cerca de 800.000 británicos residentes, y con voto en las europeas.