¿De qué vamos a vivir?, preguntan algunos. España se lleva anualmente de Canarias varios miles de millones de euros; no obstante, el desconocimiento que tienen muchos isleños relacionado con los ingresos reales de este Archipiélago es tan evidente que les parece imposible vivir sin la supuesta protección económica que nos proporcionan desde la metrópoli española. Desde Madrid han sabido elaborar las formas más sutiles para hacerlas creíbles, máxime cuando cuentan con la colaboración de los medianeros, servidores y guardianes de esta productiva finca, como es normal en toda colonia. Así han tenido engañado a un alto porcentaje de la población de estas Islas, que parece no darse cuenta de que la Hacienda española es la que recauda casi todos los impuestos, y después, como es lógico, contribuye con ciertas partidas para cubrir los presupuestos de las distintas instituciones públicas canarias, haciendo constar cuánto aporta el Gobierno español para la ejecución de obras públicas, transporte, etc. Igual sucede con la Seguridad Social. Esta no la recauda el Gobierno canario; por lo que el dinero de los gastos sanitarios y de las jubilaciones viene también de Madrid.

En realidad, tenemos una muy pobre autonomía con nacionalistas de conveniencia ejerciendo el poder político que más beneficia a la metrópoli y a ellos mismos. Si los canarios tuviéramos una hacienda propia que recaude todos los impuestos de las personas físicas y jurídicas, más lo que se cobra por los servicios en aeropuertos y puertos, no tendríamos que mendigar en Madrid y Bruselas. Y, referente al sector del turismo, la mayoría de las empresas pagan los impuestos en sus respectivos países europeos, donde se queda igualmente la mayor parte de las ganancias generadas, ya que los clientes pagan en origen. Por esta razón, la UE contribuye a la financiación de obras públicas y a la subvención de ciertas actividades y sectores. Pero estas "ayudas", como mucha gente las interpreta, suponen una mínima parte de los impuestos recaudados y de los suculentos beneficios que obtienen, pues sabemos que el 80% de la renta generada por el turismo se lo llevan. Pese a todo, ya están anunciando que a partir de 2013 no vendrá más dinero de Europa.

Si los actuales sectores productivos de Canarias fueran debidamente gestionados, se eliminara el despilfarro, el saqueo y se evitara que unos pocos se siguieran enriqueciendo inhumanamente, aquí no habría nadie con penurias económicas; tendríamos una de las rentas per cápita más altas del mundo. Si, además, promocionamos el sector primario, para obtener la mayor parte de los alimentos, el nivel de vida mejoraría, y mucho más atendiendo correctamente al turismo, no sólo vendiéndoles sol y playa, sino seguridad, tranquilidad y nuestros singulares paisajes, especialmente los exuberantes bosques de laurisilva que poseemos en Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro, el extraordinario atractivo de las bellezas volcánicas y dos grandes símbolos geográficos como El Teide y la Caldera de Taburiente. Los dos importantes observatorios astrofísicos que están instalados en este Archipiélago también tendrían que darnos alguna rentabilidad económica, dado que Canarias es uno de los tres lugares mejores del mundo para este fin.

Pero, independientemente de poder mejorar lo que ya está produciendo, tenemos riquezas potenciales, como las energías limpias y renovables que podemos obtener del sol, el viento y el mar, además del petróleo que existe en los fondos marinos. Inmensa riqueza, igualmente, la que tendremos cuando Canarias se convierta en un Estado soberano, con una superficie marítima de medio millón de kilómetros cuadrados. Así podremos explotar la pesca, especialmente en el banco sahariano, el cual compartiremos al cincuenta por ciento una vez que se establezca la mediana fronteriza, actualmente imposible al estar estas Islas rodeadas de aguas pertenecientes a la Zona Económica Exclusiva de Marruecos. Todas estas enormes riquezas y nuestra situación geográfica es lo que ambiciona el Gobierno marroquí, mientras España espera poder hacer el mejor negocio posible, aunque ello ponga en riesgo nuestra existencia como pueblo. Sólo constituyendo una república soberana, reconocida por la ONU, evitaremos que Marruecos nos absorba. Y, por supuesto, viviremos económicamente mucho mejor.

* Presidente del Movimiento

Patriótico Canario