ESTO ES de lo poco que recoge la Biblia, con respecto a los Reyes Magos:

Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? (Mateo 2,1-2). Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra (Mateo 2,11).

La ilusión de la venida de los Reyes Magos, como otras muchísimas manifestaciones y creencias, ha excedido las tradiciones cristianas convirtiéndose en una celebración popular, en una gran parte de casos, totalmente alejados y ajenos a la religión. Una fiesta con origen en las suposiciones sobre la vida de Jesús, pero plasmada en el inicio del calendario como una fiesta pagana para dejarse los cuartos. Una fecha en la que la sociedad no puede pasar sin un homenaje al regalo, en un verdadero aquelarre de consumismo disparatado.

Son muchos los que se han dejado las venas por intentar atender que a sus seres queridos no les falte el siempre merecido reconocimiento. ¿Quién le quita el regalito -que ya es una lista- a un niño, a un joven, al ser que amas, a cuantos tú quieras, a tu familia??

Nada más hemos tenido que pasear un rato viendo los centros de las ciudades, los centros comerciales, las calles principales de nuestros pueblos y villas, para darnos cuenta de que, a pesar de los pesares y a pesar de la crisis internacional, la gente no ha renunciado a la ilusión. Eso es lo último. Las cuentas en caja o bancos están en rojo, los presupuestos para gastos han bajado, el mundo se agita con peligrosidad? todo lo que quieran, pero a Jonathan no le va a faltar la Wii. Eso sí, pa''mí nada este año.

La verdad es que los vendedores saben que la gente ha bajado (y bastante) sus asignaciones... no les ha quedado otra. Se conocen comerciantes, incluso, que han comenzado agresivas rebajas durante la campaña, buscando el rescoldo, pero la ilusión será la ilusión, y mientras haya vida se mantendrá el bullicio detectado sobre todo en los últimos días. Algunos a la búsqueda de lo imposible, otros de gangas con hora y media de cola y otros en persecución de la cuadratura del círculo.

La figura de los Reyes Magos tiene su origen en los relatos del nacimiento de Jesús. Algunos de dichos relatos fueron integrados en los Evangelios canónicos que hoy conforman el Nuevo Testamento de la Biblia. Concretamente, como se versiona al comienzo del artículo, el Evangelio de Mateo es la única fuente bíblica que menciona a unos magos (que ni eran tres, ni eran reyes) -si hubieran sido tiempos actuales, podríamos pensar en la posibilidad que fueran gentes de nuestros campos, ¿por qué no?, ¿de los altos de La Orotava, Garafía o de Armeñime? Es igual, en el fondo, sería lo mismo- quienes, tras seguir a una estrella, buscan al Rey de los Judíos, al cual ofrecen oro, incienso y mirra. Las tradiciones antiguas que no fueron recogidas en la Biblia, les asignan una identidad: Melchor, Gaspar y Baltasar, posiblemente sacerdotes zoroastristas provenientes de Persia. Los nombres son discutidos y diferentes según otras tradiciones (siriaca, etíope...). En posteriores interpretaciones, los Magos fueron considerados originarios de África, Europa y de Asia, respectivamente.

Conste que las fuentes hablan siempre de Magos y que no se sabe de dónde vinieron. ¿Y si éramos nosotros? Los Magos de Canarias.

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