El diseñador chicharrero Santi Castro se alzó la noche del miércoles con el cetro con su diseño "Imperio"; ya lo logró en 2003 y 2008. Desde que presenta una aspirante adulta en Santa Cruz, la primera fue en 2001, este artista ha cosechado también catorce damas de honor, incluyendo la que quedó cuarta el miércoles.

¿Cuándo comenzó a diseñar?

Mis inicios fueron en una comparsa ya desaparecida: Río Grande del Sur, en los años setenta. Estuve como bailarín año y medio; me enfadé y pensé que no tenía futuro y me pasé a Cariocas en la época de Vicente Cruz. El primer año colaboré con una reinita infantil que salió en el Guimerá y fue dama; a los dos años hice diseños para Cariocas; el primero, de unas arañas. Seguí con reinas infantiles y la comparsa hasta que Efraín Medina llegó a Candelaria y me pidió colaboración para la gala. Me comprometí con uno y terminé haciendo tres. Empecé allí y gané, cogí carrerilla y un año hablando con don Antonio, de Barbacoa Tacoronte, di el salto a Santa Cruz y ya llevo unos 15 años.

¿Cómo define su trabajo?

Prima el lujo en los detalles: muy minuciosos, elaborados, muchas piedritas, de cuidar la figura de la joven y lo que la envuelve.

¿Qué prima más en el traje: la pluma, la pedrería?

Depende de la fantasía. En "Siboney" -la dama de este año de Santi- predomina la forma, el trabajo de las flores, los pétalos, los colores... nunca habíamos trabajado con rosas y naranjas fluorescentes; en el de Carmen -la reina- se cuidó mucho el detalle de la pedrería, el acabado, la pluma; todo muy limpio.

Cuando uno lleva dos trajes, como usted -único en la gala de este año-, ¿tiene preferencias?

Nunca me he decidido más por papi ni por mami (sonríe). El día que estás con papá te hace los caprichos, y el día que estás con mami cocina mejor ella. No te decantas. Montamos dos trajes y según vas trabajando y montando piensas unas veces que uno te gusta más que otro, y cambias de opinión luego. Al final, cuando terminas, los miras y ves que son ¡tan distintos! ¡En colores, en formas! Y con las chicas, que son personalidades tan distintas. No puedes decantarte, ni por ti ni por la firma comercial. Y se lo dejas al jurado.

Cuando hace los bocetos, ¿piensa que uno tiene más posibilidades?

No, yo dibujo con el mismo cariño una india que una china; cuando estás creando una romana, como ocurrió en el traje de la reina, todo lo que imaginas lo intentas reflejar en el traje; igual con Siboney, integras todos los elementos.

¿Cuándo comenzó a hacerlos?

El diseño lo hice en verano, creo que "Imperio", el traje de la reina, fue primero. En octubre comenzamos el de "Siboney", porque era bastante complicadillo por la elaboración de flores y pétalos, igual que la falda blanca y el calado.

¿Primero crea el diseño y después busca a la aspirante?

Sí, primero dibujo, aunque a Carmen -la reina- la conocíamos antes de hacer el dibujo. Ya había hablado con ella porque la conocí en un desfile y le apetecía participar. Lo consultó con su agencia de moda y no tuvo problemas.

Tal vez es una pregunta tópica, pero... ¿prima la aspirante sobre el traje de reina o es al revés?

Todos los diseñadores nos lo curramos; por eso se hacen castin. Muchísimas chicas me mandan fotos diciéndome que quieren ser reina y me piden que cuente con ellas. Nos preocupamos bastante no sólo de un buen diseño sino de buscar una chica guapa.

¿Ha habido nivel este año?

Había una parte que estaba bastante bien; luego había dos o tres que por presupuesto o porque es gente nueva, pues no. Hemos tirado bastante de la inventiva.

¿Ha habido menos carrozas y más trajes este año?

No sé, había algunos enormes. Hemos logrado integrar las chicas en el traje; es muy difícil que la mujer no quede atrapada por el traje, sino que se vea que está ahí, y que el traje es un complemento de esa belleza.

Hablaba antes de castin. En la elección de su aspirante de Meridiano hubo quien dijo que ya estaba elegida desde antes...

Fue un proceso muy claro, en una red social no se puede hacer trampas: las quince chicas más votadas eran las que pasaban un castin. Las que no llegaban a 1,70 metros se eliminaron y entraron de la reserva; luego se hizo por elección directa. La casualidad es que la representante de Meridiano este año es la hermana de la aspirante que saqué el año pasado con el tranvía. Pero fue elegida este año por mayoría absoluta y aplastante. Era morena, alta, delgada... Junto a otra joven, reunía los rasgos.

El hecho de que ni Juan Carlos Armas ni Leo Martínez presentaran, ¿va en demérito?

Va en demérito del concurso porque tenemos menos candidatas y cuanto más estemos, es mayor y mejor la competencia y te alimentan los nervios de la competitividad, y sube el nivel.

¿Cuando se va el diseñador, pierde la firma comercial?

Va relacionado. Afortunadamente, estoy casado con dos firmas comerciales, de momento. Han ido desapareciendo diseñadores, y con ellos las firmas.

Parece llamativo por la rivalidad que Santi Castro gana en una gala de Juan Carlos Armas.

Siempre ha habido rivalidad con todos. Los tres minutos que estamos sobre el escenario todos somos rivales. En la gala que hizo Juan Carlos, todos, no solo Santi Castro, queríamos que saliera bien.

Para usted, que es presidente de una de las dos asociaciones de diseñadores, ¿sirve de algo el tiempo que regula la presencia de las aspirantes en el escenario?

Afortunadamente hay un poco de mano abierta; no puedes olvidar el trabajo de tantos meses y la firma que apuesta un dinero. Son tres minutos y medio en el escenario; los presentadores lo tienen muy claro, se baja la luz y se da entrada a la siguiente, pero no se quita a nadie. El tiempo está puesto porque antes había niñas que se olvidaban de salir... Es muy difícil que la chica esté sonriendo, cargando con el traje, el tocado, agradando al público, bailando, desfilando y encima pendiente del reloj...

Llamó la atención de que el traje de Miguel Ángel Castilla sacara extras con su fantasía...

Cuando se publicaron las bases se incluyó un apartado que prohibía cualquier tipo de elemento de fuego, confeti, bailarines... Luego nos reunimos con el concejal y se sacó un anexo que dejó claro que podíamos utilizar figurantes que no entorpecieran la evolución del siguiente traje y siempre que lo supiera el director de la gala. No hay ningún problema en ese sentido.