Con algo más de público que en la primera fase, el recinto ferial acogió la tarde-noche del viernes la segunda eliminatoria del certamen de murgas infantiles del Carnaval Flower Power, en la que, por encima del resto de grupos, brillaron con luz propia Rebobinados y Distraídos, con dos actuaciones magistrales. De los segundos no se esperaba menos, pues defendían el título logrado el año 2011, pero los primeros sorprendieron con una actuación que, si el jurado no lo impidió anoche, debería colocarles en el podio final. Al cierre de esta edición se celebraba la tercera fase, de la que EL DÍA informará mañana, con el veredicto en los apartados de Presentación e Interpretación.

También rayaron a gran nivel Desinquietos, con Nauzet Campomar; Castorcitos, de Ángel Cabrera; Pita Pitos, de Óliver Yanes; y Paralepípedos, de Daniel de la Cruz. Estos últimos, pese a actuar al final, derrocharon fuerza y garra sobre el escenario. Y a esa hora de la noche (23:30), y tras lo visto con anterioridad, no era fácil. Raviscuditos y Piratas, los primeros de Tacoronte y los segundos de Candelaria, completaron la segunda fase con dos actuaciones en las que cantaron con mucho corazón.

En el transcurso de la actuación se produjo un cambio de orden, autorizado por el jurado, pues Desinquietos no llegó a tiempo para subir al escenario en el tercer lugar que le correspondía. Le sustituyó Piratas, que se llevaron con este gesto el mayor aplauso de la noche. Los de Campomar cantaron finalmente en la cuarta posición.

Rebobinados.- Explotaron al máximo las letras de Carlos Casanova (Desbokados,). Con una mezcla de crítica y humor y con unas voces muy trabajadas, hicieron lo más difícil: calentar las manos a base de palmas. En su primer tema, "La Hucha", presentaron el nuevo plan de ahorro de la murga, "porque cuando salgo tengo que pagar por todo". Con cada moneda que introducían en la improvisada alcancía, una lata de leche condensada, dejaban una perla. Si tuviera dinerito, cantaron, pagaría un segurita para la feria de atracciones o un regalito para el día de la madre. También para que las letras de los niños no sean de adultos, para que el helicóptero vuelva a aterrizar en el estadio e, incluso, para que ningún niño se quede sin premio. Su segundo tema fue aún mejor. Se fueron de viaje de fin de curso por todas las Islas, con referencias de cada una de ellas, en crítica y humor. Regalaron creyones a los "canariones" para que pinten de otro color que no sea amarillo, cubrieron el escenario de polvos talco, como en Los Indianos, y pidieron que el silbo gomero se estudie en todas las escuelas. Lo hizo un componente, incluso, silbando. Terminaron con una referencia al Teide y con un mensaje: "Canarias es un paraíso, cuidémosla".

Pita-Pitos.- Rebobinados se lo había puesto difícil, pero se defendieron bien. Con "No le pongo título porque ya no sé a qué cantar" le dieron un par de "viajes" a la Comisión de Fiestas, todos desde la perspectiva de la murga infantil: por los recortes en las subvenciones, por barajar suspender la llegada de los Reyes al estadio, por el parecido del cartel del Carnaval con una publicidad y por quienes los critican cuando bajan de calidad de un año para otro, una clara referencia a los periodistas por sus crónicas. En su segunda canción, "Tras, tras, tras, los bebés llegan ya", convirtieron la murga en un parque infantil. El efecto visual creado fue muy llamativo, pero costó mucho entenderlos al querer cantar como bebés. Con todo, dejaron algunas perlas: "Quiero ser político, que cobro un pastón sin hacer nada". Intentaron interactuar con el público, con un verdadero o falso, pero no lograron el efecto deseado. En general, les faltó algo de chispa.

Los Piratas.- Se llevaron el mayor aplauso de la noche por aceptar sustituir a Desinquietos, y eso, siendo novatos, no tiene precio. Erraron al comenzar la primera canción, "Primaria murguera", en la que narraron las dificultades de un murguero para llevar a cabo una actuación. "El orgullo de papá y la sonrisa de mamá son la razón para seguir", dijeron. En su segunda letra, "No quiero, no puedo, no voy a conformarme", defendieron la importancia de la educación, y criticaron los recortes en cultura. "En el cole hay muchos menos profesores, y el jefe de estudios cuida el patio", cantaron. Sin duda, un fiel reflejo de lo que se están convirtiendo las aulas. Pusieron ganas e ilusión. Su gran premio, participar.

Desinquietos.- Solventados sus problemas con el maquillaje, por falta de tiempo, aprovecharon su presentación para reivindicar que el concurso infantil empiece más tarde. En su primer tema, "El miniayuntamiento", se convirtieron en concejales para pedir que no haya "ninguna nevera vacía", "regalos el día de reyes" o para que no falten "libros en los colegios". Además, en un serio toque a los gestores educativos, exigieron que se practiquen más deportes, y no solo fútbol y baloncesto, y que no haya más familias sufriendo por no poder operar a sus hijos. El tema pintaba bien, pero las dificultades para entenderles en algunos momentos le restaron el efecto deseado. Su segunda canción, "Los niños con los niños, los grandes con los grandes", es para oírla muchas veces. Narraron las peripecias de un menor que quiere entrar en una murga adulta, un claro guiño a la falta de claridad de las bases en este sentido. Pasaron por los locales de varias murgas (Traviata, Triquis, Bambones y Guachis), cantando con su estilo en cada una de ellas. Tras recibir el no de los adultos, acabaron reflexionando que los niños deben estar en una murga infantil. Un tema suspicaz, pero muy bien definido.

Raviscuditos.- Los representantes del Norte se presentaron al estilo Chinchosos, con patada en el suelo. Reivindicaron un sitio en el Carnaval de Santa Cruz para los grupos de esta parte de la isla con muchas ganas y corazón en su primer tema "Semos del norte, ¿y qué, eh?. "Vamos a demostrar que no somos diferentes", dijeron, ante una entregada afición. En algunos momentos se les desajustaron las voces y les faltó ritmo, pero se les entendió el mensaje. El final, lo mejor: "Y brinca", como cantaba Singuangos. En su segunda letra, que narró una experiencia real de la murga en una excursión, no se les entendió por falta de vocalización. Se disfrazaron de fantasmas, y ahí quedó la cosa.

Distraídos.- Con ellos llegó el subidón. Se presentaron, con comparsa incluida, cantando a un bebé lo que vivirán en las fiestas, pero advirtiéndole de que no se puede vivir del Carnaval. En su primer tema, "Adiestradores de mayores", explicaron a los adultos qué es lo que hacen mal, a la mamá enfadada y a los conductores imprudentes con una selección musical muy acertada. Lograron el máximo con la defensa del acento canario, con parodia incluida, sobre el escenario. El único pero, la dificultad para entenderles algunas frases por el rápido ritmo de la música. En su segundo tema, "Aunque esto sea un desmadre, al segundo tema subirán nuestros padres", rozaron la perfección, y puede ser ejemplo para los mayores. Fue una vuelta de tuerca a "El pupitre", de 2011. Con la murga elevada en sus dos extremos, papá y mamá, y los niños en el centro, narraron con gracia situaciones cotidianas del hogar. Especial mención al día de reyes, con unos regalos para el concejal: un libro de sueños, un estadio, una zanahoria (para la memoria)... Y el final, espectacular, con la mención a algunas de las otras murgas que habían actuado ya. Un tema para despertar el sentimiento familiar, dijeron. Y vaya que lo lograron. En el podio final, seguro, si nadie lo impide. Airam Bazzocchi volvió a triunfar.

Castorcitos.- Tenían un tarea difícil, tras la explosión de Distraídos, pero se defendieron bien. En su primer tema, "Estas gafas me pondré y todo lo malo veré", hicieron un recorrido por las cosas que no están bien en la ciudad de Santa Cruz, como el entorno del Castillo Negro, y en las propias murgas. "No se vendan por un premio", pidieron. La selección musical fue muy acertada y se les entendió bastante bien. La segunda canción, sin embargo, no les salió igual de bien. Intentaron hacer reír con "Si me mudo de la granja a la ciudad, ¿qué pasará? Espera, no pienses más, que ahora Marcelino te lo contará", pero les costó llegar al público. Y eso que el tema era original y la parodia en el escenario estaba bien trabajada.

Paralepípedos.- Pese a ser los últimos, cuajaron una actuación más que notable. Con "Mi infancia en directo" se convirtieron en reporteros para denunciar problemas que afectan a los niños. Todo un lujo. Se quejaron por el peso de las mochilas, por el mal estado de los polideportivos y hasta por el potaje de berros. "No nos gusta", cantaron. Se les entendió bastante bien, aunque en algunos momentos gritaron un poco. En su segunda letra, "Paramán", se disfrazaron de superhéroes, pero ahí se quedó el asunto, porque se perdió hilo de la canción. Lo mejor, el reconocimiento final de que los verdaderos héroes son las madres.

Ayer, en la tercera y última fase, de la que se informará mañana junto con el fallo del jurado, actuaron El Draguito; Los Rebeldes -terceros en Interpretación en 2011-; Los Bambas; Los Chiripitifláuticos; Los Lenguas Largas; Guachipanduzy; Infantilmónica Triqui-Traquitos; y Los Carricitos.