E.G. lleva ya esperando por una intervención quirúrgica de cadera en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) desde junio de 2015. Con 74 años y una esquizofrenia paranoide, la "eterna espera" se está convirtiendo en una pesadilla. La demora está generando en esta mujer un "grave cuadro depresivo" que le está provocando aislamiento y rechazo por su entorno físico y emocional. Desde el HUC aseguran que la paciente ya está priorizada y "será intervenida con la mayor brevedad posible".

Su historia comienza el 2 de junio de 2015, cuando E.G. solicita su inclusión en la lista de espera quirúrgica urgente en el HUC. Según narra su hermano, T.S, en un escrito realizado al Defensor del Paciente, el hospital le ofreció con "bastante celeridad", a mitad de diciembre de ese mismo año, operarla en el hospital concertado Bellevue del Puerto de la Cruz.

Su hijo G.G, único pariente con el que cuenta E.G en la isla, la llevó a su cita quirúrgica en dicho hospital. Una vez allí, se sorprendió al ver que se negaban a atender a su madre, porque no contar con servicio de psiquiatría. Esto significaba que debía volver a la lista de espera del hospital público, no obstante, no lo podía hacer en el puesto de la lista de espera que le correspondía, si no que volvía al final de la misma.

Su hijo realizó entonces, el 27 de abril de 2016, una reclamación dirigida a la gerencia del HUC, explicando el rechazo que había tenido su madre. La respuesta en aquel momento del hospital fue que E.G había rechazado la intervención urgente y, por esta razón, debía volver a lo más bajo de la lista de espera.

G.G. siguió luchando para que esa situación no quedara así. En el mes de julio, Francisco Jesús Márquez, subdirector del Área Quirúrgica del HUC, recibió a G.G. Según el testimonio de T.S, el doctor "comprendió la gravedad de la situación y se comprometió personalmente a gestionar un traslado urgente de E.G. al Hospital Quirón".

Las promesas quedaron en simples palabras. A pesar de que G.G insistió en llamar en varias ocasiones, el doctor nunca cogió el teléfono, y fue, finalmente, su recepcionista la que le comunicó que era "imposible" derivar a su madre al Hospital Quirón. No tenía más remedio que seguir esperando en la lista de espera.

G.G siguió llamando continuamente al servicio de admisiones del HUC, exigiendo una priorización del caso de su madre en la lista de espera. La respuesta del Servicio Canario de Salud llegó en julio de 2016, asegurando que "no constaba" el informe de Miguel Hernández González, médico de cabecera de E.G, donde se pedía la operación de urgencia de la mujer. Ese mismo día, G.G volvió al Hospital del Norte de Tenerife para expedir dicho documento, y el 18 de agosto lo fue a entregar al servicio de admisiones. De nuevo en el HUC, "le pusieron el inconveniente de que el traumatólogo no firmaba ni había puesto el nombre de la paciente, ni la fecha del documento", relata T.S. A pesar de estos inconvenientes, finalmente le recogieron el documento porque llevaba fotocopiados el resto de los documentos del historial clínico de su madre. "Le dijeron que todo estaba conforme y le llamarían en unos días".

Nunca lo hicieron. De hecho, la mujer de T.S. llamó a finales de agosto, cuando recibió la "sorpresa" de que el informe de urgencia del traumatólogo del hospital de Icod de los Vinos "no servía para nada" y que E.G. debía pedir hora con el equipo de traumatólogos de admisiones. Actualmente, debe seguir en su puesto en la lista de espera, "pudiéndole tocar aproximadamente dentro de un año o año y medio", según asegura su hermano.