Representantes de la Consejería de Educación y Universidades y de las dos universidades públicas canarias han iniciado hoy las negociaciones para elaborar un nuevo plan de financiación, con el que se pretende dar estabilidad a los centros docentes a medio y largo plazo.

La Consejería de Educación y Universidades señala en un comunicado que trabajará para impulsar un plan de financiación universitaria que sea claro y objetivo, tanto en la asignación de recursos públicos como en su aplicación, y que esté guiado por los principios de suficiencia, eficacia, equidad, transparencia y responsabilidad social.

Así lo ha transmitido hoy el director general de Universidades del departamento educativo canario, Ciro Gutiérrez, a los gerentes, vicerrectores y secretarios de los consejos sociales de las universidades de La Laguna y de Las Palmas de Gran Canaria en el primer encuentro para definir este plan de financiación plurianual.

"Este plan de financiación debe orientarse claramente hacia el cumplimiento de unos objetivos bien definidos en función de los retos que las universidades canarias tienen ante sí para convertirse en auténticos motores de transformación económica y social al servicio del progreso del Archipiélago", afirma Ciro Gutiérrez.

En cuanto a su instrumento regulador la Consejería quiere que sea sencillo, alejado de fórmulas complejas para el cálculo de la financiación resultante y que ofrezca, tanto a al Gobierno autonómico como a las universidades, capacidad de adaptación a las cambiantes circunstancias.

"Pero sobre todo que sea un instrumento realista, de forma que lo que se contemple en él pueda ser realmente cumplido por ambas partes", agregó el director general.

La Consejería quiere que las universidades sean copartícipes del y se impliquen activamente en su proceso de elaboración para poder llegar a una solución financiera "cierta y duradera y que sea asumida por todos como un compromiso compartido".

Tras este primer encuentro se estableció el plan de trabajo que permita tener elaborado el documento de financiación universitaria en un plazo de seis meses.

Para lograrlo se han establecido tres fases de trabajo y la primera, de dos meses de duración, debe determinar la situación actual de las universidades a modo de diagnóstico, su trayectoria reciente y perspectivas relevantes.

Una segunda fase, de un mes de duración, consistirá en la descripción de criterios y objetivos del modelo de financiación y la última, que se prolongará tres meses, se basará en diseñar la estructura del modelo de financiación propuesto.