El hundimiento del pesquero ruso Oleg Naydenov al sur de Gran Canaria ha demostrado que "Canarias no está preparada para responder y combatir de manera rápida, efectiva y coordinada, una marea negra o tóxica que alcance las costas de las islas", y ello independientemente de su magnitud.

Esta es una de las conclusiones del informe final del Grupo de Rescate de Fauna y Apoyo al Voluntariado (GRFAV) creado por el Gobierno de Canarias y el Ministerio de Fomento tras el vertido de fuel del barco.

A juicio de este grupo, "el grado de eficacia de las decisiones adoptadas para combatir la llegada de fuel al litoral, no corresponde a la eficiencia requerida. La velocidad de las intervenciones tampoco se adecúa a la inmediatez que exigen las respuestas para retirar el hidrocarburo llegado a las costas".

La coordinación de los dos gobiernos con los ayuntamientos afectados no ha sido la apropiada, según el GRAFV, pues han obrado sin recibir protocolos precisos hasta transcurridos siete días después de la llegada del fuel a las costas y hasta que el grupo se reunió con los responsables de los tres municipios para informarles adecuadamente, añade el informe.

El derrame del Oleg Naydenov "nos ha pillado a todos desnudos", ha indicado hoy el coordinador del GRAFV, Ezequiel Navío, durante una rueda de prensa en la que ha presentado el informe.

Por ello, "es imprescindible aprender de la experiencia y consolidar con urgencia un sistema de respuesta altamente cualificado, técnicamente formado y dotado de los recursos materiales y protocolos necesarios, para reaccionar ante futuros casos de contaminación aguda en Canarias".

En los último diez años, la frecuencia de derrames de hidrocarburos en el entorno marino de Canarias es de uno cada ocho meses y medio, y el riesgo permanece hoy día, como se ha podido constatar en recientes derrames como los acontecidos en Castillo del Romeral y El Cabrón (Gran Canaria) en 2014, y el del Oleg Naydenov en 2015, señala el GRAFV.

La amenaza de derrames en las islas, latente a causa de la elevada densidad de tráfico marítimo con sustancias tóxicas, se suma a la vulnerabilidad que padece el archipiélago por la ausencia de planes preventivos que reduzcan el grado de riesgo y a la carencia de respuestas efectivas ante contaminaciones, añade el informe.

"Hay que destacar que el presente derrame no proviene de un buque dedicado al transporte de sustancias tóxicas, sino a un pesquero de 108 metros de eslora cuyo grueso del fuel vertido se ha alejado progresivamente de las islas".

Si se hubiese tratado de un buque de mayor envergadura, de un petrolero en condiciones ambientales más adversas o en otra localización, o si este pesquero se hubiera hundido en otro periodo del año o al norte de Gran Canaria, "el grado de impacto en las islas habría podido ser muy superior".

En cuanto a las labores de limpieza medioambiental, tras el derrame del Oleg Naydenov, se ha retirado un volumen muy considerable de piedras (callaos) impregnadas de fuel de, al menos, la playa de Los Secos (Mogán), que ha sido trasladado progresivamente a una planta de procesamiento de Puerto Rico.

El GRFAV considera que "la extracción de materiales geológicos de las playas contradice los protocolos de respuesta para la limpieza del fuel en este tipo de litorales, al afectar la dinámica biológica y física de los hábitats costeros".

Navío ha destacado la importancia de contar con los voluntarios y contar con una fuerza suficientemente entrenada, pues el GRFAV dispone de capacidad de decisión para organizar el sistema de voluntariado, pero no para movilizarlo.

El Grupo ha solicitado la activación de voluntarios para realizar inspecciones costeras en busca de posible fauna afectada y zonas contaminadas, pero la medida no ha sido aceptada por las administraciones competentes, ha dicho Navío.