El alcalde de Vilaflor y secretario general del PSOE tinerfeño, Manuel Fumero, reconoció ayer que su gestión sobre el vertedero ilegal del municipio fue "un error", si bien defendió que la actuación no fue "con mala fe".

En declaraciones a la Cadena Ser, Fumero relató que, al llegar a la Alcaldía en 2003, detectó la existencia de un vertedero ilegal de escombros en una finca rústica del municipio. En conversaciones con el propietario -presidente de una Sociedad Agraria de Transformación- se acordó que el Consistorio limpiara los terrenos a cambio de la cesión de una parcela de más de 1.000 metros cuadrados, y ahí se puso en marcha un proyecto educativo para que los vecinos realizaran labores de reciclaje.

Con la redacción del plan insular de residuos, el Cabildo señaló que esa era la mejor zona del municipio para ubicar un punto limpio, pero, con el cambio de presidente de la SAT, no se acabó llegando a un acuerdo y el alcalde acabó siendo denunciado.

El dirigente socialista señala que asumirá las "consecuencias" que establezca el Código Ético

La dimensión regional de este asunto estriba en que Fumero es el número cuatro de la lista del PSOE al Parlamento de Canarias por la circunscripción tinerfeña.

Además, dijo que ha puesto en conocimiento de la Federal los hechos y los argumentos de su defensa, y agregó que asumirá las "consecuencias" que proceda en base al Código Ético del PSOE, aunque puntualizó que si es culpable "lo tendrá que decir un juez".

Fumero criticó la actitud de algunos compañeros de partido, como el concejal de Santa Cruz Florentino Guzmán.